En entrevista con Canal 13, el presidente de la CUT, Arturo Martínez, señaló anoche que el alza lograda en las remuneraciones de los empleados fiscales se dio en gran medida porque «yo creo que ahora había otras condiciones, según el dirigente, había una situación complicada para el Gobierno en la negociación, tuvieron muchos traspiés durante la semana con el Transantiago, con el proyecto de presupuesto. Estaba cansado, no quería otra derrota sentencia.
El máximo dirigente sindical del país al ser consultado respecto de si alcanzar el 6,9% cambiaba la percepción que tenía del ministro de Hacienda, Martínez fue claro en señalar que no. Le reconoció sus dotes de negociador pero sigue pensando que es un economista neoliberal que le gusta la macroeconomía y no piensa mucho en lo social.
es un buen negociador y en esta oportunidad tuvo voluntad de negociar», distinguió que sigue pensando que el secretario de Estado «es un economista de derecha, neoliberal que le gusta la macroeconomía y que no piensa mucho en lo social».
Respecto del comentado quiebre entre la central sindical y la Anef en torno al 6,9% de reajuste. El dirigente de la multigremial dijo que era parte de la estrategia de negociación ya que él estaba facultado por las 14 organizaciones gremiales y sindicales para reponer los beneficios que habían sido sacados del proyecto enviado en primera instancia al Congreso.
Frente a la pregunta si los gremios habían quedado satisfechos con la negociación Martínez dijo que «ninguno de los gremios quedó contento, ni conforme. Lo que pasa es que los gremios vieron en algún momento que lo que se había avanzado en tantas horas de trabajo se estaba perdiendo, porque el Gobierno iba con 6,5 por ciento de reajuste al parlamento, no llevaba los bonos el proyecto».
Sobre lo anterior agregó que «entonces cuando vimos eso los gremios me pidieron que hiciera una gestión para reponer el tema que había estado planteado antes para que el gobierno se fuera con esos puntos al Congreso, con el fin de evitar de que entrara por menos, pero también se acordó ir a tratar de subirlo que fuera con ese piso».
Al terminar, el presidente de la CUT indicó que el movimiento nunca tuvo un quiebre, porque su permanente negociación con el Gobierno «fue una estrategia que discutimos todos en la CUT y que decidimos que el único que iba a tratar de reponer el acuerdo iba a ser yo, por lo que los gremios quedaban en libertad para seguir peleando por más, sentenció.
Santiago de Chile, 22 de noviembre 2007
Crónica Digital
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