Por Aisén reserva de vida y patrimonio de la humanidad.
Residiendo, hace 25 años en Coyhaique, lanzado con todo a sus ideales, Peter Hartmann, abriga una amplia y reconocida trayectoria, logrando significativos avances, ya sea por liderar o integrar equipos.
Al comienzo de los 90, coordina al grupo chileno que participa en protesta, marcha y caravana contra la instalación de un basurero nuclear de Gastre, en la frontera de la Patagonia chileno argentina. Lo frenaron.
Retomando esta experiencia, propone declarar a la comuna de Coyhaique,“No Nuclear, Libre de Residuos Peligrosos y Reserva de Vida”. Luego se organiza el Comité Ciudadano, “Por la Defensa de Aisén, Reserva de Vida”, lanzando incontables iniciativas, en el marco de la campaña «Aisén, Reserva de Vida». Una de ellas es la del Patrimonio de la Humanidad, que se concreta con una propuesta de sitio para los «Archipielagos y Hielos Patagónicos».
Desde 2007, el expediente espera su envio a UNESCO, pese a su amplio apoyo ciudadano y parlamentario.
También integra los equipos que estudian una propuesta de manejo de las aguas del Lago Chungará, en el Parque Nacional Lauca, del altiplano chileno, reconocido como Reserva de la Biosfera. Autoridades militares apoyaban emprendimientos agrícolas; habían autorizado instalar bombas de extracción de aguas.
CODEFF, recurre a la justicia. El más alto tribunal de justicia prohíbe y ordena finalizar dichas operaciones, argumentando la necesidad de evitar que dichas aguas se secaran a corto plazo. En su pronunciamiento – que dicta jurisprudencia – enfatiza la importancia de mantener su estabilidad hidrológica y equilibrio ecológico con el fin de evitar la muerte de su flora y fauna acuática. Fue la primera causa ambiental judicializada. Era 1985.
Movimiento tu problema es mi problema
Peter Hartmann, no se cansa, no se rinde. Su oposición al proyecto Hidroaysén se enmarca en su condición de director de CODEFF, filial Aisén y coordinador de la Coalición Ciudadana por Aisén Reserva de Vida, que agrupa a organizaciones de base local y regional.
Lo han acusado de mercenario, provocador, hippie peligroso, anarquista, violentista, funcionario de magnates norteamericanos, ecologista contra el progreso. Nada responde.
Y es que no vende su alma ni al diablo. Se defiende, afirmando que si alguien es testigo de un hecho que va contra la ética, hay que hacer algo, o al menos denunciarlo. El silencio, la inacción, nos vuelve cómplice, dice.
En la región, el proyecto Hidroaysén contempla construir centrales hidroeléctricas y represas en cinco ríos, incluyendo embalses, relleno sanitario, yacimientos de extracción de áridos, manejo de explosivos y planta conversora de corriente.
Suma un tendido eléctrico sobre torres de alta tensión que originalmente atravesarían parques y reservas de la Patagonia, tierras ancestrales, comunidades indígenas, nueve regiones, 80 comunas del país; una cicatriz de dos milklimétros llena de kilowatts que necesita la minería nortina.
Suma y sigue… la represa, planeada en el río Cuervo, amenaza la seguridad e integridad de más de 20 mil vecinos de Puerto Aysén. Sin mediar estudios geológicos y el compromiso de consultas ciudadanas sobre estas materias, aprobaron su construcción en una zona de falla sísmica.
Levantando banderas sociales y económicas, la ciudadanía aisenina se convoca, protesta. Demandan ser ellos mismos, quienes decidan su futuro. Quieren aplicar los acuerdos de su estrategia de desarrollo: ser una región descentralizada que asegure una alta calidad de vida, en base a la conservación de sus atributos ambientales.
La represión policial, arrestos y acusaciones de terrorismo es la respuesta hasta que una mesa social negociadora dialoga con el gobierno central. Sus acuerdos no satisfacen a todos los sectores, el mega proyecto hidroeléctrico sigue su curso, y a las cortes de justicia, ingresan, uno tras otro, recurso de protección.
Mientras el gobierno habla de una «carretera eléctrica pública», una de las poderosas empresas, asociadas a HidroAysén, suspende el estudio de impacto de la cadena de transmisión. Sostiene que el país no dispone de una política energética consensuada.
En Chile, la discusión de la matriz energética aún no asocia modelos de desarrollo, estrategia, propiedad de las aguas, tecnologías amigables, participación ciudadana vinculante, conservación y uso racional de recursos naturales prioritariamente al servicio de comunidades locales y seguridad alimentaria; desafíos que exigen nuevas miradas de país, de mundo y diálogos multisectoriales.
Peter, no quiere que la madre naturaleza, muera. Cada forma de vida depende de todas las demás.
Hoy por hoy, los ambientalistas y ecologistas ya no se cuentan con los dedos de una mano. Están en las calles y no solo las de Chile. Reconocen y hacen suyo esfuerzos destinados a proteger y conservar los bienes naturales. En la Patagonia chilena hay zonas que poseen diversos estatus de protección y conservación; áreas silvestres protegidas, reservas, monumentos naturales, históricos y santuarios de naturaleza, Reserva de la Biosfera, ecoregión, única a nivel mundial, además de los campos de hielo y glaciares; la segunda reserva mundial de agua dulce.
A nivel continental, la Patagonia chilena atesora el segundo lago más grande de sur y centro América (Gral. Carrera), el lago más profundo de América (O´Higgins) y el río más caudaloso de Chile (Baker).
Por Myriam Carmen Pinto. Zurdos no diestros (serie)
Santiago, Chile , 5 de junio 2012
Crónica Digital
Nota de la edición: Las Reservas de la Biósfera son áreas geográficas representativas de los diferentes hábitats del planeta. Abarcan ecosistemas tanto terrestres como marítimos. A diferencia de un parque nacional, una reserva de la biósfera no es un área protegida dedicada 100% a la conservación. El hombre puede vivir en ellas y realizar actividades económicas, aunque bajo ciertos parámetros (UNESCO).