Hoy son los funerales de Nelson Schwenke en La Calera. Hapartido de este mundo uno de los integrantes, junto a Marcelo Nilo, de uno de los grupos musicales más creativos y fecundos en términos sociales, que marcaron profundamente a la Generaciónde Los 80. Hapartido de este mundo, para permanecer para siempre en nuestra memoria.
Schwenke & Nilo iniciaron su viaje en 1978, en los pasillos y prados dela UniversidadAustralde Valdivia. Su primer encuentro fue enla Agrupación Matra(“médula del hueso”, en mapuche), que se proponía el desarrollo de la literatura, el canto, el teatro y la plástica. Desde allí resolvieron emprender juntos un proyecto musical.
Por aquellos días, Nelson estudiaba Antropología y Marcelo Pedagogía en Educación Musical. Participaban en talleres de investigación e interpretación de música chilena tradicional quela Casa de Estudios mantenía como labor de extensión cultural. Ambos estudiaron canto y guitarra de manera sistemática, aunque Marcelo provenía de una familia en que cantar era una práctica cotidiana y Nelson se había acercado al canto desde cuando componía canciones para enseñar historias bíblicas a los niños dela Iglesia Bautista de Valdivia, en la cual participaba. Además, tuvo la fortuna de tener en el liceo, como profesora de música, a Anita Praderas, quien formó un dúo junto a José Seves –luego integrante de Inti Illimani– cuando eran estudiantes en Valdivia.
El dúo se presentó en los casinos de la universidad y en los festivales de canto juvenil de la zona. Los temas, con un fuerte contenido social, encontraron una rápida acogida entre los universitarios.
Un hombre clave en el desarrollo de todo su trabajo creativo fue su amigo Clemente Riedemann, un poeta que había sido prisionero político de la dictadura tras el golpe de Estado. Hoy su obra es ampliamente reconocida. Su lema era hacer canciones “para el corazón de la mente”. Fue el autor de la letra de una gran cantidad de sus temas.
Fue al año siguiente, en 1979, cuando el sueño de Marcelo y Nelson se materializó a partir de hechos fundamentales.
En primer lugar, Nelson compuso temas que le dieron personalidad e identidad al dúo, como “Mi Canto” (abril), “Sopas de margarita” (septiembre) y “Nos fuimos quedando en silencio” (octubre).
También en junio de este mismo año nació “El Viaje”, canción que se convertirá en su carta de presentación y que, junto con temas de Luis Le Bert y Eduardo Peralta, se transformará en uno de los emblemáticos del movimiento de renovación de la música popular chilena que será conocido como “Canto Nuevo”, en los albores de Los 80, y que inspiró a miles de jóvenes que salieron a las calles en los años siguientes.
Como contó Álvaro Godoy en la revista “La Bicicleta” Nº 44 de marzo de 1984, fue una noche de 1979 cuando se presentaron por primera vez en Santiago, enla Parroquia Universitaria, en los encuentros de Juventud y Canto que organizabala Productora Canto Joven. El trovador Eduardo Peralta los invitó al escenario. Cantaron “El Viaje” y “Mi Canto”. Y causaron un enorme impacto en la asistencia.
Un poco después, Schwenke & Nilo fue invitado a participar en el segundo festival dela Agrupación Cultural Universitaria, realizado en noviembre en el Teatro Caupolicán. En estos días, las innumerables semblanzas publicadas en los medios de comunicación del establishment, los mismos que los ignoraron por décadas, sitúan erróneamente esta presentación un año después.
La presentación fue consagratoria. Cantaron “El Viaje” por primera vez para un público multitudinario, que se sintió hondamente reflejado por el vigor poético de la canción, la cual se refería en forma explícita a la situación que enfrentaba el país agobiado por la tiranía, en un tiempo en que la denuncia aún se emitía entrelíneas.
En este paso por Santiago, Nelson escribió “La culpa es de la historia” y “Es hora”, en cuyos versos señalaba: “Es hora de intentar luchar. Es hora de intentar ganar. Es hora de empezar a abrir todas las puertas que hay en ti (…) Quizás le ganemos al desierto / o a las minas que esconden muertos / Quizás le quitemos a la muerte / su aguijón”.
De regreso a Valdivia, el dúo preparó su primer recital importante, el que se realizó en el teatro dela Universidad Austral en Isla Teja.
Entre enero y abril de 1980 Schwenke & Nilo trabajó en la producción de una docena de canciones, las que con el titulo de “Elegía por la muerte del chancho” presentaron a finales de abril en un escenario, improvisado sobre unas mesas, en el ofertorio de una parroquia católica ubicada en calle Picarte.La Dirección de Asuntos Estudiantiles dela Universidad Austral en la víspera les quitó la autorización para celebrar el recital en el interior del campus.
El tercer recital del dúo en Valdivia se realizó en octubre de ese mismo año, poco más de un mes después del plebiscito en que la dictadura impuso la nueva Constitución. Fue en el Instituto Salesiano. En esa oportunidad, mostró una mayor evolución desde el punto de vista de los arreglos y de la interpretación vocal, lo que se evidenció en temas más ligeros como “Pat’e vaca” y en otros de mayor dramatismo, como “Hay que hacerse de nuevo cada día” y “Entre el nicho y la cesárea”.
A finales de 1982, Schwenke & Nilo deciden continuar con su trabajo a partir de una necesaria profesionalización de su actividad. Un año después, cuando la dictadura se tambaleaba con las Protestas Nacionales, su primer cassette comercial terminaba de grabarse en los estudios Filmocentro. Los arreglos y dirección musical estuvieron a cargo de Pingo González y el propio dúo, con la colaboración de Jaime Soto León en el arreglo de “Hay que hacerse de nuevo cada día” y de Hugo Moraga en “La culpa es de la historia”. La grabación incluía diez de lo temas más sólidos del repertorio del dúo a lo largo de su trayectoria de recitales y cassettes artesanales.
Temáticamente, el conjunto de canciones se distribuyó en tres áreas ya anunciadas por Schwenke en la letra de “El Viaje”: el conflicto histórico y contingente, el intimista y/o existencial, y el descriptivo de la cultura de Valdivia, como “El Canelos” y “Lluvias del sur” (ambos compuestos en 1980).
Se transformaron en músicos emblemáticos de esos años aciagos, con otros grandes como Luis Le–Bert, Santiago del Nuevo Extremo y muchos más. No pocos adolescentes en los primeros años de los 80 ingresamos a la lucha contra la dictadura inspirados por su canto. Y su música fue la banda sonora que nos acompañó en la época, en medio de las barricadas, marchas en las calles y tomas de establecimientos educacionales. Y los seguimos en el Café del Cerro, en los cancioneros de “La Bicicleta”, o en los cassettes artesanales que circulaban de mano en mano, regrabados una y otra vez.
En 1986, Nelson vivió toda la fase de planeamiento, arreglos e incluso grabación de las bases musicales del segundo cassette con la mente puesta en el cáncer linfático que le fue descubierto. El tema de mayor impacto fue “Con datos dela UNICEF”.
Entre las sesiones de quimioterapia, Nelson nunca dejó de cantar. Y aunque su propio médico consideraba muy improbable su recuperación, logró salir recuperarse.
En Santiago, Nelson escribió en noviembre de 1983 la canción “Viene mi día celeste”, cuya música terminó de componer al mes siguiente enLa Calera. Allí expresó toda su concepción cristiana con contenido social y que, además, fue asumido por los jóvenes dela Izquierda Cristiana casi un himno: “Viene mi día celeste de aurora flamante, de sol espumante, que a cada momento dará a mis sueños la fiel moraleja que enseña y que deja, que ahuyenta y corrige dolores y angustias”…
El tema fue incluido en su tercer cassette, que fue gravado entre abril y julio de 1988, cuando se acercaba el plebiscito que marcaría la derrota de la pretensión de Pinochet de perpetuarse enLa Moneda y, al mismo tiempo, la victoria de la salida negociada a la dictadura militar.
En uno de los muy escasos espacios que la prensa del establishment les otorgó, Nelson decía a “El Mercurio” en 2009 que “para nosotros el circo siguió siendo el mismo”. Y rememoró que en los primeros años de la transición pactada “hubo sugerencias de que guardáramos muchos temas como temas del recuerdo, pues cantarlos significaba torcer la tuerca para el otro lado. Y en cada concierto la gente nos pedía ‘El viaje’ o ‘Nos fuimos quedando el silencio’ y eran cosas actuales para ese tiempo”.
Y reflexionó: “Cuando empezamos había un régimen militar sobre nosotros que tenía todo absolutamente controlado y los espacios eran bien claros y los bandos número uno, dos y todos estaban bien definidos y difundidos. Pero a la gente a partir de los 90 le embolinaron la perdiz. Llegó la libertad y llegó la alegría, y tienes que comprar el microondas, cambiar el auto y endeudarte con el banco para comprar la casa. Lo que para nosotros era la dictadura militar ahora es la dictadura económica, y sigue siendo la misma. Se sacaron el uniforme. La persona que debe plata a un banco o a una financiera no tiene derecho a hablar, no tiene opinión, no tiene voluntad (…) Y cuando escuchas que en Chile más del setenta por ciento de las familias debe dos sueldos y medio al sistema financiero, no hay posibilidad de desarrollo cultural ni intelectual ni nada, porque la gente está empecinada en que nos les quiten el auto, la casa y que no echen a los hijos del colegio”.
Por eso, siguieron cantando por todos los rincones del país. Y siguieron en disposición creativa. Aunque los problemas de salud le jugaron más de alguna otra mala pasada a Nelson.
El pasado jueves 21 de junio, Nelson fue atropellado en la intersección de Ricardo Lyon con Francisco Bilbao. El artista, quien residía enLa Calera, había viajado hasta Santiago para trasladarse en la noche a Puerto Montt, donde tenía planeado empezar una gira con Marcelo Nilo. En un último gesto de solidaridad, la familia donó sus órganos. Luego fue desconectado del sistema de ventilación mecánica. Tenía 54 años.
Con enorme dolor, rendimos nuestro homenaje a Nelson Schwenke. Y lo despedimos con la esperanza que mantuvo siempre en alto, con la convicción que estará presente cuando venga nuestro día celeste y recordemos “todas las esperas / de cada manera / que fue necesario / para alzarse a diario / contra el enemigo / a quien yo bendigo / por hacerme firme”.
Por Víctor Osorio. El autor es periodista, Director de Informaciones de Crónica Digital y presidente del Partido Izquierda Cristiana de Chile.
Santiago de Chile, 25 de junio 2012
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