Berlín, 31 jul (PL) Un alemán amante del tabaco puede ser desalojado de su casa debido a fumar demasiado, dijo hoy un juzgado de Dusseldorf, que incluso no tiene en cuenta los 40 años de vivir en ese lugar.
El inquilino Friedhelm Adolfs, quien vivió en su mismo piso durante cuatro décadas, estará obligado a abandonar su vivienda debido a una decisión del juzgado de la ciudad alemana de Dusseldorf. La acusación provino del casero de ese lugar, quien le rescindió el contrato de alquiler por fumar demasiado y molestar a los vecinos con ese mal olor.
El reporte señala que la sentencia aún no es firme contra el fumador de 75 años, quien defiende su derecho a probar cigarrillos y mantener su morada.
Pese a recibir respaldo de la Asociación de Fumadores y Restaurantes en su tierra de Renania del Norte-Wesfalia, para algunos analistas el veredicto final estará en su contra.
Adolfs vive desde hace 40 años en la planta baja, primero como portero y en los más recientes cuatro años con un contrato de alquiler en el que no se establecía la prohibición de fumar, requisito que incluyen muchos caseros germanos.
Pese a ello, el dueño del edificio que habita decidió llevarle a los tribunales para rescindir ese contrato debido al humo que sale por la puerta de la vivienda, capaz de generar malos olores desmedidos e insoportables en la escalera.
Bajo ese principio, el dueño del edificio convenció al juzgado de primera instancia de Dusseldorf, con desventaja para Adolfs, debido a que su puerta principal carece de hermeticidad.
En su defensa, el encartado señaló que siempre fumó y su esposa también seguía ese hábito, quien murió hace dos años. Por su parte, algunas fuentes ven en el casero el deseo de alejar a Adolfs y poder alquilar el apartamento a precio mayor.
El pasado 1 de mayo entró en vigor en Renania del Norte-Wesfalia una nueva ley antitabaco que prohíbe fumar en bares y restaurantes sin excepciones, lo que pudo constituir un impulso al casero para presentar la acusación, a partir de insatisfacciones acumuladas.
Prensa Latina
Crónica Digital, 31 julio 2013