Enormes pantallas de televisión en centros comerciales y las más disímiles ofertas en bares y restaurantes de cara a la Copa Mundial de Fútbol, parecían desafiar hoy la inclemencia del tiempo en Chile.
De hecho, la presidenta de la República, Michelle Bachelet, partió anoche hacia Brasil, donde realizará una visita oficial y a la vez estará al lado de su homóloga Dilma Rousseff, en la ceremonia de apertura del torneo del orbe.
Bachelet se trasladará el viernes a Cuiabá para presenciar el debut de la selección chilena frente a Australia. En resumen, la fiebre del balompié toca también las fibras de los políticos.
En el país transandino es difícil sustraerse del culebrón protagonizado por el virtuoso mediocampista Arturo Vidal (el Rey Arturo como lo llaman), quien se recupera de una operación en los meniscos con una proyección todavía incierta.
El Vidal o no Vidal (a la usanza del to be or not to be de Shakespeare en Hamlet) inquieta a la afición local, consciente de que un volante creativo es pilar esencial de La Roja dentro del grupo B de la primera fase del certamen.
La telenovela sobre Vidal no termina y en los últimos entrenamientos su médico fue ambiguo, los jugadores elogiaron la capacidad y deseos del mediocampista, y el técnico Jorge Sampaoli guardó silencio.
Otro sistema frontal que trajo heladas a Chile -por debajo de cero grados en la capital y nevadas con lluvias en diferentes regiones-, sin embargo, no frenó el entusiasmo de la población, ávida hoy mismo de seguir la apertura y el duelo Brasil-Croacia.
La distracción es tal, que la mayoría de los centros de trabajo tomaron medidas para flexibilizar los horarios y permitir a sus empleados ver los cotejos del Mundial, al menos los de Chile.
Al mismo tiempo, los medios y los comercios no cesan de insuflar un espíritu triunfalista que se antoja desmesurado y hasta habla de La Roja para campeona universal. Un ascensorista me explica que se trata de algo típico de los chilenos.
Si en definitiva no ganamos nada, al día siguiente la gente dirá: jugamos bien como siempre y perdimos como de costumbre….y pasará la página, afirmó.
De todas formas, el «Niño Maravilla», Alexis Sánchez, el versátil atacante del Barcelona, lanzó una frase para mantener la ilusión: «si no creyera en la opción del título estaría en mi casa viendo televisión».
En presencia de Michelle Bachelet y seis niños de familias damnificadas por diversos fenómenos climáticos en el país, los chilenos chocarán el viernes con Australia en el estadio Verdao de Cuiabá.
Ubicado en el grupo B de la primera fase, al lado de Australia, España y Holanda, el conjunto de la nación transandina enfrentará a los españoles el 18 de junio en Río de Janeiro, y a los holandeses el 23 en Sao Paulo.
Por Fausto Triana
Santiago de Chile, 12 de junio 2014
Crónica Digital / PL
Jue Jun 12 , 2014
Por fin terminó la espera, la XX Copa Mundial de fútbol correrá sus cortinas hoy con el esperado duelo entre Croacia y los anfitriones de Brasil, quienes, 64 años después, tendrán la posibilidad de exterminar al fantasma del Maracanazo. La canarinha tiene la obligación de ganar ante su público en el Arena Corinthians de Sao Paulo para dar un golpe de autoridad en el albor del torneo, y de paso solidificar de una vez por todas su candidatura al título del orbe. No aceptaremos quedar terceros o segundos. Solo aceptaremos ser primeros, campeones del mundo. Es nuestro único objetivo y vamos a trabajar para eso, sabemos que será difícil, pero tenemos la oportunidad de hacer historia, sentenció Thiago Silva, defensa central titular y capitán del Scratch. Cuna de ilustres jugadores (Pelé, Garrincha, Zico, Sócrates, Ronaldo), gran meca del fútbol a escala planetaria, Brasil es el país con títulos en estas lides cuatrienales, con cinco, luego de coronarse en Suecia-1958, Chile-1962, México-1970, Estados Unidos-1994, y Surcorea y Japón-2002, amén de ser la única nación que participó en todos los Mundiales previos (19). El choque de apertura contra Croacia, en el grupo A, será una prueba de fuego para los discípulos de Luiz Felipe Scolari «Felipao», sobre todo para la joven perla del fútbol brasileño Neymar, un potencial ganador del trofeo Balón de Oro en el futuro cercano. Sin duda, Neymar cargará a cuestas con la extenuante presión de ser el líder de los pentacampeones, pese a sus cortos 22 años y su escasa experiencia en certámenes de esta envergadura, hechos para jugadores establecidos, con muchas horas de vuelo, acostumbrados a lidiar con las dos caras de la moneda: el éxito y el fracaso. Además, todos los jugadores de este equipo auriverde nacieron años después del cataclismo nacional del Maracanazo de 1950, cuando Brasil se vistió de luto tras perder la final de la Copa ante Uruguay, en la única ocasión previa que pudieron ser anfitriones. Este factor eleva aún más los niveles de ansiedad de los jugadores, aunque muchos se empeñen en negarlo y hablen del Mundial del 50 en términos de historia antigua o medieval (ciertamente, después de esa fecha conquistaron cinco títulos mundiales). Brasil llegará al partido de hoy con una racha de nueve victorias consecutivas en amistosos, amén de contar con un bloque titular bien establecido, compuesto por futbolistas muy técnicos pero entregados completamente al juego colectivo, solidario, a la defensa, a la presión en todas las parcelas de la cancha y a la construcción de transiciones verticales, muy dinámicas, un sistema distante de su sello eterno, el Jogo Bonito. Croacia, en su cuarta aventura mundialista, intentará hacerse con el control del balón, gracias al talento de jugadores como Luka Modric e Ivan Rakitic, y a la concepción ofensiva del técnico Nico Kovak, quien tendrá la baja por sanción de su delantero estrella Mario Mandzukic. El único precedente entre estos equipos en copas del mundo data de Alemania-2006, cuando los suramericanos vencieron 1-0 a los europeos, curiosamente, como hoy, […]