El campo magnético que protege a la vida en la Tierra de la radiación solar pierde gradualmente su estabilidad, advierten nuevos estudios de la Universidad de California.
Los científicos sospecharon durante mucho tiempo que esas variaciones son cada vez más frecuentes, y que el campo magnético era menos propenso a inversiones de los polos en el pasado.
Según los estudiosos, si en el pasado lejano el campo magnético de la Tierra cambió de dirección cada cinco millones de años ahora lo hace cada 200 mil años.
De acuerdo con los expertos, ese campo magnético es impulsado por el corazón del planeta. En su centro hay un núcleo interior sólido rodeado por un núcleo externo líquido, que es más caliente en la parte inferior.
El hierro caliente se eleva en el núcleo externo, luego se enfría y se hunde, y esas corrientes de convección, combinados con la rotación de la Tierra, se cree que generan una especie de geodinamo que alimenta el campo magnético.
Debido a los cambios de temperatura y los flujos de fluidos, la fuerza del campo magnético varía, y las posiciones de los polos norte y sur magnéticos cambian.
Esos cambios dejan huellas en las rocas. Cuando la lava se enfría, las partículas de óxido de metal dentro de la roca se congelan en la dirección del campo magnético imperante.
Así los científicos pueden trabajar las posiciones históricas de los polos magnéticos, examinando las muestras de lava.
Como resultado de ello se sabe que han sido cerca de 170 inversiones de los polos magnéticos en los últimos 100 millones de años, y que la última inversión importante fue hace 781 mil años.
Los investigadores creen que el núcleo interno está creciendo lentamente, pues el núcleo externo se enfría y solidifica. Eso debería significar variaciones más frecuentes.
Simulaciones realizadas por Gary Glatzmaier y sus colegas de la Universidad de California sugieren que un núcleo interno más grande obstruiría más a las corrientes en el núcleo externo, para hacer un campo magnético más inestable.
Los datos recogidos por los satélites Swarm, de la Agencia Espacial Europea, revelan que el campo magnético de la Tierra se debilita a un ritmo de alrededor de cinco por ciento por década.
No está claro para los expertos que sucedería si el campo se debilita en gran medida o desaparece por un tiempo durante una inversión.
Sin embargo, los científicos creen que las redes eléctricas y sistemas de comunicación están potencialmente en riesgo. Además podría afectar seriamente a animales como las aves y las ballenas, que utilizan el campo magnético para orientarse.
Otra preocupación es que si durante el proceso de inversión de los polos el campo magnético se debilita excesivamente o desapareciera aunque sólo fuera durante un corto periodo de tiempo, se perdería la protección contra la radiación del Sol.
Washington, 28 noviembre 2014
Crónica Digital / PL