Después de los exabruptos de la señora Evelyn Matthei, la hija del miembro de la Junta de Gobierno de la dictadura de Pinochet, general Mathhei, algunos ministros , obligados parece por las formas , han buscado cuidadosas frases para entender de que se trata de vociferaciones propias de una persona un tanto desequilibrada, de esas que sufren de incontinencia verbal, o que solo tienen “boca de señorita”,
Algunos políticos de la coalición gobernante, la Nueva Mayoría, caballerosos y dispuestos a disculpar los “malos modos” de una dama, buscan hacer creer que se trata de un episodio coyuntural, una salida de madre de alguien que no tiene filtro, que tiene un lenguaje procaz, prostibulario o cuartelero, da lo mismo-, que busca volver a ser protagonista de un escenario que la revolcó en la derrota y en el desprecio.
El ataque brutal de estos días, la ofensiva desatada es obviamente contra la Presidente Michelle Bachelet, apunta contra su imagen, el apoyo y la confianza que tiene en los ciudadanos, pero sobre todo contra el programa de reformas estructurales en marcha.
Se busca erosionar y ojalá desmoronar su imagen, objetivo decidido al dia siguiente de la derrota de la Derecha en las elecciones presidenciales.
Está claro que las tropas de asalto no tienen buenos modales.
Y también está claro que cumplen un rol determinado en determinadas fases de lo que se define y entiende como guerra, por supuesto.
Pero, aclaremos con toda franqueza, Matthei en sí misma no es la amenaza.
Para quienes están detrás de la reaparición de Evelyn Matthei, lo claro es que se trata de una mera maniobra en el marco de una sucia guerra mediática. o más bien una preparación “artillera”, un “ablandamiento” , en el marco de un escenario-o libreto-de una operación de guerra sicológica, pero un episodio coyuntural de una estrategia con un ritmo de aplicación, objetivos de corto, mediano y largo plazo.
Y donde harán aparecer otros personajes de la fauna local, para determinados propósitos y ataques.
Se han sacado la Careta, Aquí no hay oposición en los marcos de una confrontación democrática. Aquí hay una ofensiva, que no trepida en adjetivos, ofensas, en groserías, en insultos, en intentar destruir, desmoronar la democracia, la institucionalidad.
Las tres páginas que le otorgó el diario empresarial “Pulso” no son ninguna casualidad, ni gratis. Corresponde a una planificación mediática que se confirma con la aparición 24 horas después del video de la UDI, llamando “a rebelarse”. Y la “interpelación”- que buscaban convertirla en linchamiento- al ministro de Educación, Nicolás Eyzaguirre.
Hay una absoluta coordinación, vinculación en los contenidos del mensaje, y en los modos, el timing de aplicación de los embates, y de apoyo editorial o político, la repercusión, la creación de ambiente, y hasta la organización de “movimientos de masas”.
Luego aparecen los ·”coroneles” o “sargentos·” de la UDI, haciéndose los inocentes, pero apoyando la forma y el contenido de los ataques haciendo el rol de “caja de resonancia” de los slogan agresivos.
Además se da riendo suelta a los energúmenos que mantienen la fusilería en las cartas del lector, en las redes sociales,los que en realidad no tiene medida en la virulencia, y la agresividad, encaraginando el ambiente.
La opinión pública puede preguntarse, hasta qué nivel de la guerra sicológica llegarán en esta escalada como en los 70, Cuando pasaran a una siguiente fase de terrorismo, de atentados, de sabotajes, de guerra económica, de insurgencia o sedición.
Se trata de una primera fase de una guerra sucia, de una operación de guerra sicológica, de agresión política, bien planificada, estructurada, con consignas, con una estrategia que tiene un ritmo de aplicación, con una planificación. Y con actores que cumplen roles en la agresión contra la Presidenta, el gobierno, contra la Nueva Mayoría, contra sus partidos, contra las organizaciones sociales, contra las instituciones del estado, en definitiva contra la democracia.
Esta es la verdadera magnitud de la amenaza que se asoma en las frases, que como slogan salen de los labios de la señora Matthei. Lo dice de la manera que ella sabe, pero lo cierto es que un análisis rápido revela las ideas fuerza:
Se le hizo decir a la Matthei:que la presidenta Bachelet, “ es la principal falencia del país”, que le “impresionaba su incapacidad”, que la agenda de reformas “iba a reventar al país” y que le ha encargado “estupideces” a sus ministros”
Si alguien cree que el contenido de esta ofensiva surge de una inspiración de la señora Matthei se equivoca. Otros son los que fueron contratados para elaborar esta campaña. Y hay suficiente dinero de Penta y otros, para financiar expertos internacionales y nativos para desarrollar una nueva fase de la campaña del terror que sirvió para ambientar, camuflar y estimular el Golpe de estado del 11 de septiembre de 1973.
Además detrás de estos están los retoños de los de entonces, los gremialistas del fundador de la UDI y asesor de Pinochet, Jaime Guzmán.
En la UDI reconocieron que las palabras vociferantes de la Sra. Matthei eran parte del plan de acción trazado por la colectividad gremialista. ( confesion de parte, relevo de pruebas..).
A lo que colabora la Señora Matthei, en esta etapa inicial de la ofensiva derechista, es a esa vieja consigna de los conspiradores de los 70, que llamaban a “Juntar mierda”. Y hacen mal quienes suponen que la derecha ha cambiado en su esencia.
¿Recuerdan Tribuna”, Sepa, Pec, y las columnas del Coronel NN de El Mercurio donde se conjugan lo peor de los publicistas sediciosos de la dcerecha chilena, el opus, y la CIA.?
Seria bueno que se estudiara, objetivamente, la historia. Y se sacaran las debidas enseñanzas de una etapa en la que se sembró un estado de ánimo, y se dieron los argumentos que condujeron a la sedición y al Golpe de estado, y los horrores posteriores.
Y sobre todo cuando la derecha de hoy tiene el control prácticamente absoluto de los medios de comunicación y el gobierno y la Nueva mayoría, demora iniciativas para salir en defensa de su política y de su programa. A comunicar sus argumentos y razones.
Matthei es solo un elemento provocador de una campaña , de un “escenario”- según la terminología sociológica,- en la que a cada uno se le asigna un rol.
Entonces el tema no es la señora Matthei, sino los que están detrás de la campaña desestabilizadora., los que mueven los hijos de las marionetas de hoy.
Porque ella es solo un instrumento.
De manera que no es abanderada sino que está destinada a ser globo de ensayo en el mejor de los casos, o en el peor, un fusible destinado a ser desechado cuando las cosas se pongan malas, como en las elecciones presidenciales, donde su figura, su comportamiento y su destino fue patético.
La pusieron como candidata para el desastre, para salvar a otros nombres más preclaros, más conspicuos , aristocráticos y coroneles de la derecha, de la “gente de bien”, de “la clase”, a los que se deja en resguardo para cuando las condiciones sean efectivamente más favorables.
A ella se resucita, se la desentierra, en momentos en que se necesita caldear el ambiente, pero se le desecha cuando ya no sirve a esos objetivos más o menos abyectos, aunque se le haya ofrecid alguna alcaldía.
Y el objetivo es Bachelet en tanto se busca desmoronar su imagen. Pero el objetivo final es el programa de reformas democráticas que ella encabeza y frustrar los anhelos que ella representa y por los cuales los chilenos la eligieron Presidenta.
Por lo tanto la amenaza es mucho más grave y vale la pena entenderlo y adoptar las medidas para defender la democracia, el progreso, la justicia, y la prosperidad de Chile, amenazadas por estos nuevos conspiradores.
Matthei no es más que un agente provocador, que los conspiradores utilizan ahora pero que desecharán cuando ya no les sea útil, para dejar paso a los verdaderos atacantes, o se haya cumplido el propósito antidemocrático.
Es necesario estar alertas.
Por Marcel Garces
Santiago de Chile, 1 de diciembre 2014
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