Mié Dic 14 , 2016
Vivimos en una época de tensiones y crisis humanitarias, polÃticas y económicas a nivel mundial, que han hecho de la migración el único camino posible, para muchos habitantes del mundo. Lamentablemente, la migración se ha convertido en el caballo de batalla, para muchas campañas polÃticas a nivel mundial, algo sumamente preocupante, ya que la historia nos ha enseñado que el resultado de esto es entre muchos el incremento de las brechas sociales, los nacionalismos, los racismos y la trata de personas. La pregunta que nos hacemos es: ¿queremos vivir en una sociedad donde neguemos la presencia real del otro, como una sombra que convive con nosotros, o queremos asumir como sociedad el desafÃo de abrir espacios para integrar al ‘otro’ desde el respeto, desde sus necesidades y las nuestras, desde la interrelación y la interculturalidad, desde nuestra multiculturalidad? Desde hace dos años que abordamos el proyecto Beca Migrante -un espacio reflexivo, un semillero de proyectos cÃvicos comunitarios, un generador de conocimientos y desarrollo de información que tiene que ver con los procesos migratorios actuales- y que tiene como finalidad crear espacios simbólicos de análisis de la identidad y la interculturalidad, asà como también, aportar a la reflexión sobre la actual Ley Migratoria para Chile. Esta norma vigente desde el 14 de julio de 1975, dictada en la Junta Militar, responde a la Doctrina de Seguridad Nacional del Estado, donde el ‘otro extranjero’ es visto como un flanco enemigo y amenaza por normar. Al presentarse esta visión respecto a la migración, provoca una irregularidad migratoria, sin entender el fenómeno como algo inherente a las sociedades contemporáneas. Hay muchos sistemas de ordenamiento, como Estados que estimulan la migración enfocada a áreas donde se encuentran cierto déficit. Ahora Chile debe optar por uno de estos modelos. En este ámbito existe un consenso respecto a la necesidad de pasar de un esquema basado en la imposición de una ‘seguridad nacional’ a una ley con un enfoque de derechos. Creemos también que es importante no caer en una visión economicista en el sentido que está pensando la migración para que un extranjero venga a trabajar, por lo tanto, sirve como instrumento que está al servicio de las exigencias del mercado laboral. Creemos que la migración es un derecho humano, mientras más muros, mientras más restricciones, más violencia se genera; porque la migración es algo que no se puede restringir, y no va a parar, es la realidad de la globalización. Es indispensable la protección de la vida, para evitar el traslado ilegal de mujeres, niños y hombres, para evitar más violaciones a los principios fundamentales y a los tratados internacionales de protección de los migrantes. La migración no es una amenaza, es una oportunidad; los paÃses se favorecen con una gestión adecuada de los flujos migratorios. Concientes de este proceso y desde metodologÃas antropológicas, creativas y educativas, Beca Migrante intenta visibilizar a los migrantes desde sus aportes culturales, tanto reflexivos como su participación ciudadana, educativa y plástica; es decir, desde su propia visión crÃtica, sobre […]