Siete antiguos agentes del dictador Augusto Pinochet recibieron el fallo definitivo de la Corte Suprema de Chile, que ratificó sus condenas por la desaparición de un adolescente de 16 años de edad etenido en 1974.
El joven fue apresado por la DINA, la policÃa secreta de la dictadura de Pinochet (1973-1990), que provocó por lo menos la muerte a tres mil 300 personas, con mil 200 detenidos desaparecidos y más de 33 mil torturados.
Se trataba de Claudio Venegas Lazzaro, estudiante de secundaria miembro de la Juventud del Partido Socialista y trabajador a tiempo parcial en un supermercado. Fue vÃctima de la cacerÃa de brujas de la DINA contra los opositores.
De acuerdo con testigos del caso, Venegas y otros detenidos en la misma fecha fueron enviados seis dÃas a un cuartel de las PolicÃa de Investigaciones y después llevados a otro de la DINA conocido por las vejaciones sexuales a que eran sometidos los prisioneros.
Igualmente, los relatos alrededor de este expediente señalaron que el jovencito y sus compañeros de infortunio eran trasladados en ocasiones a centros de detención Tres Alamos y Cuatro Alamos para reponerse de las torturas.
Luego no se supo nunca más de Venegas. De tal forma, la Corte Suprema rechazó un recurso de casación presentado por la defensa de los agentes y un fallo dividido, condenó a cinco años de prisión a varios generales retirados.
Son ellos César ManrÃquez y Raúl Iturriaga Neumann; el excoronel Gerardo Urrich González y a los exoficiales Alejandro Molina Cisternas y Risiere Altez, sentenciados anteriormente por el juez especial Mario Carroza.
Igualmente, los exagentes Manuel Rivas DÃaz y Hugo Hernández Valle deberán cumplir cuatro años de cárcel.
Santiago de Chile, 14 de diciembre 2016
Crónica Digital / PL
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Mié Dic 14 , 2016
No cabe dudas de que la Nueva MayorÃa ha padecido en este año 2016 una especie de enfermedad que ha afectado gravemente sus  perspectivas, y lo que es peor, la ha sumido en un estado febril, con un franco deterioro de su salud polÃtica, y con un preocupante diagnóstico de “riesgo vitalâ€. Una especie de “enfermedad infantil†parafraseando a un clásico,- el divisionismo, las confrontaciones intestinas, el encono, la suposición de aviesas intenciones, las conspiraciones, acusaciones infundadas, malas palabras- han reemplazado el respeto mutuo, la discusión responsable de las legitimas diferencias, el intercambio respetuoso de posiciones e intereses, privilegiando el compromiso estratégico por sobre la coyuntura. Con una irresponsabilidad rayana en el delirio han encontrado en el “enemigo internoâ€, tan propio de la Doctrina de la Seguridad Nacional o del totalitarismo – da lo mismo- el objetivo preferido de la caricatura, de la desnaturalización propia del odio y del fanatismo, olvidando al “enemigo principalâ€, o francamente, coqueteando con él. Episodios como la rabieta y renuncia del ex ministro del Interior, Jorge Burgos, el cultivo meticuloso del divisionismo interno de la Nueva MayorÃa por parte de lÃderes de la DC, el “nombramiento“ de “Primer ministro†de Burgos por parte del ex presidente de la DC y ex Canciller, Ignacio Walker, la exigencia a La Moneda o a sus aliados de “explicaciones†de otros, el “congelamiento†de relaciones entre el PDC y La Moneda,, las votaciones y los dimes y diretes, entre el PC y sus colegas de la NM, en el proceso de discusión del reajuste de los empleados fiscales (para llegar después a un arreglo a regañadientes), o el rechazo a priori de tal o cual alternativa de candidatura presidencial por parte de una diputada comunista (Ricardo Lagos) hablan mal del estado del enfermo, y no son anécdotas de una comedia de equivocaciones. No pasa de ser un sÃntoma de esta enfermedad, que para algunos quisieran que fuera “terminalâ€, la persistente letanÃa del decretar “fin†de la Nueva MayorÃa al término del gobierno de Michelle Bachelet, con lo cual se pone una anticipada lápida al proyecto reformista que obtuvo el mayoritario apoyo ciudadano en 2012, y a la unidad de las fuerzas progresistas del paÃs, en medio de la aclamación de la Derecha empresarial y pinochetista, que busca asÃ, sin mayor esfuerzo, recuperar el poder presidencial: dividir para reinar. Y como advertÃa un respetable lÃder histórico de la DC, Radomiro Tomic, sin tener en cuenta de que “cuando se gana con la Derecha es la Derecha la que ganaâ€. Si esto no es complicidad e irresponsabilidad histórica, no se sabrÃa cómo calificarla. Para estos “prÃncipesâ€- el grupo que propicia esta polÃtica suicida- el año 2017 serÃa la despedida con estos incómodos socios de coalición, porque lo reconocen, la alianza forjada bajo la figura de Bachelet, fue una jugada oportunista y circunstancial, un cálculo maquiavélico para tomar aliento, y recuperar posiciones internas dentro de su colectividad. Sin duda hará falta mucha serenidad y habilidad polÃtica en la Nueva MayorÃa para superar […]