Geólogos observaron y documentaron por primera vez la mayor falla expuesta de la Tierra, conocida como Desgarre de Banda, en el este de Indonesia, informó la Universidad Nacional Australiana (ANU).
El investigador principal Jonathan Pownall, de ANU, dijo que el hallazgo ayudará a los científicos a evaluar los peligros de futuros tsunamis en la zona, que forma parte del Anillo de Fuego, conocido por terremotos y erupciones volcánicas.El abismo se conoce desde hace 90 años, pero hasta ahora nadie ha sido capaz de explicar cómo se hizo tan profundo, explicó Pownall.Asimismo declaró que la investigación encontró que un abismo de siete kilómetros de profundidad bajo el Mar de Banda -frente al este de Indonesia- se formó por extensión a lo largo de lo que podría ser la falla expuesta más grande identificado en la Tierra.
Al analizar los mapas de alta resolución del suelo marino de Banda, los geólogos de la ANU y la británica Royal Holloway University de Londres encontraron rocas en el lecho submarino cortadas por cientos de cicatrices rectas paralelas.
Esas marcas muestran que una pieza de corteza más grande que Bélgica o Tasmania debe haber sido desgarrada por 120 kilómetros de extensión a lo largo de una fisura de bajo ángulo, o defecto de separación, para formar la depresión actual del fondo oceánico.
Pownall dijo que el Desgarre de Banda representa un rasgón en el fondo del océano expuesto sobre 60 mil kilómetros cuadrados: el descubrimiento ayudará a explicar cómo una de las zonas marítimas más profundas de la Tierra se hizo tan profunda, apuntó.
Canberra, 30 de noviembre 2016
Crónica Digital / PL
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El ambiente de borrasca en el ámbito de la Nueva Mayoría y del gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet parece haberse disipado y aunque la crujidera de la embarcación persiste, al naufragio que parecía inminente tras la rabieta y los malos modos post electorales, con “congelamiento” de relaciones y exigencia de degollina de ministros incluida, parece dar paso a lo único posible, necesario y conveniente para una coalición que busca reposicionarse en la perspectiva política electoral próxima. Aunque lo cierto es que en la opinión pública queda una sensación de desasosiego por el espectáculo de recriminaciones destempladas, lamentaciones, falta de autocrítica y sobre todo la búsqueda frenética de “culpables” de algunos de los desastres sufridos en los comicios, y de una carencia de análisis, sereno y severo, de las raíces políticas y sociales de la desafección ciudadana, del descrédito de los políticos, que se expresó en el voto ciudadano y en la abstención. Tras los dimes y diretes en la coalición de gobierno, la presidenta Michelle Bachelet reafirmó este miércoles 2 de noviembre en el Consejo de Gabinete de ministros la hoja de ruta para lo que resta de administración, enfatizando lo que ha sido la constante de su discurso: mantener el rumbo de las reformas prometidas a la ciudadanía y por las cuales votó al elegirla Presidenta de la República. Tiene razón el ministro Secretario General de Gobierno, Marcelo Díaz cuando apunta a la necesidad de “diálogo y articulación“ en la Nueva Mayoría, lo que significa un debate con altura de miras, respeto mutuo, pero sobre todo lealtad con el Gobierno y el programa de reformas. Los instrumentos del diálogo político, la construcción de acuerdos, que permitieron por ejemplo la reforma tributaria y el impulso a las reformas educacional, al proceso de descentralización, salud, seguridad ciudadana, reforma laboral y otros proyectos, mantienen su prioridad para el periodo de gobierno restante, mientras la discusión política prepara la reforma constitucional y la reforma previsional, proyecta la generación del desarrollo en conjunto con la equidad, en lo económico y social. Solo que una adecuada lectura del complejo panorama político social, constata que además de los partidos y sus acuerdos o desencuentros, han surgido en el escenario los movimientos sociales, que han mostrado su musculatura colectiva, su potencial de convocatoria y su fortaleza. Son los nuevos protagonistas que demandan su lugar en el escenario de un nuevo país, complejo, en movimiento. Ahí están el movimiento “No mas AFP”, los medioambientalistas, los regionalistas, los independientes, las nuevas fuerzas políticas surgidas del movimiento estudiantil (los triunfadores municipales de Valparaíso), y otros. Además es más que posible, y debe ser materia de estudio, que al llamado abstencionismo, sea una forma de expresión política no solo de un malestar ético, sino de una verdadera eclosión social, que, además de enrostrarle su ineptitud, corrupción y falta de sensibilidad, le dice a las elites tradicionales- entre estas los partidos, además de los entes formales de la democracia y de la “institucionalidad”- “queremos participar, ser protagonistas , actores de nuestro […]