Al disparar contra Karlov el lunes pasado, el policía de 22 años Mevlut Mert Altintas exclamó: Nosotros morimos en Alepo y tú mueres aquí, según el diario turco Hurriyet.
Las investigadores del caso buscan una posible conexión del homicida con los armados sirios, incluidos los del Jabhat Fatah As Sham, antiguo Al Nusra, aunque Ankara desea vincularlo al clérigo musulmán asentado en Estados Unidos, Fatullah Gulen.
De cualquier forma, la vocera de la Cancillería rusa, Maria Zarova, recordó que el diplomático se encargaba de buscar un acuerdo entre el complicado entramado de agrupaciones de la oposición siria.
Eso le da una dimensión completamente diferente a ese asesinato, comentó Zajarova.
La posibilidad de que algunas facciones de los armados sirios expresaran así su descontento con los últimos acontecimientos en Alepo oriental, plantea otras interrogantes.
En la operación en la parte este de Alepo, de donde fueron liberados más de 110 mil civiles y se evacuaron a unos 10 mil renegados armados con sus familias, se estableció una coordinación con Turquía, afirma Nazavisimaya Gazeta.
Damasco acusa a Ankara de entrenar, financiar y pertrechar a grupos armados en Siria, incluido el Estado Islámico y Al Nusra, una acusación a la que se unió Rusia, tras el derribo de un caza SU-24 en Siria por la artillería turca, en noviembre de 2015.
Pero con el reinicio de nexos entre Turquía y Rusia en agosto pasado, la cooperación en torno al asunto sirio pareció tomar forma, lo que llevó a las coordinaciones en el caso de Alepo, donde, sin embargo, había asesores turcos entre los armados.
La reunión de los ministros de Relaciones Exteriores de Rusia, Turquía e Irán, en Moscú, un día después del atentado en Ankara, definió puntos importantes de la cooperación tripartita en una declaración conjunta.
En el documento, las tres partes constatan que el objetivo común es acabar con el sufrimiento del pueblo sirio, la garantía de una ayuda humanitaria para todos y una lucha sin cuartel contra el terrorismo.
Pero la declaración aclara que dentro de esos objetivos no consta el derrocamiento por la fuerza del gobierno del presidente Bashar Al Assad y reconoce a Siria como un estado soberano, multiconfesional, multiétnico, laico y democrático.
Todas las partes se comprometen a respetar la soberanía, integridad territorial y unidad del país levantino, donde la única alternativa para la salida del conflicto es una solución político-diplomática.
El ministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguei Lavrov, consideró que la alianza tripartita reunida en Moscú demostró su valía en la práctica a diferencia de otros formatos como el Grupo de Apoyo a Siria, integrado por más de 10 naciones.
Los tres países se comprometieron a contribuir a un diálogo intersirio para un acuerdo que ponga fin al conflicto de cinco años y a actuar como mediadores para su puesta en práctica.
Queda por ver si ese triunvirato pueda romper planes en Occidente de continuar la desestabilización de Siria para, entre cosas, reducir el papel de Rusia en la región mesoriental, comentan expertos citados aquí por la prensa local.
Por Antonio Rondón García
Crónica Digital / PL