Las principales ideas esbozadas anoche por Trump frente a los legisladores e invitados al evento encontraron un rápido apoyo entre los miembros de su partido, mientras que los demócratas asumieron una actitud diametralmente opuesta.
Diversas voces coincidieron en afirmar que el discurso del gobernante tuvo un tono más conciliatorio con respecto a sus declaraciones anteriores, principalmente las aparecidas en la red social Twitter.
Sin embargo, apuntaron, la alocución solo ofreció rasgos generales de las metas gubernamentales en torno a la creación de empleos, el combate a la inmigración ilegal, el fortalecimiento de la seguridad nacional y las mejoras en la infraestructura.
A juicio de Arturo Vargas, director de la Asociación Nacional de Funcionarios Latinos Electos y Designados, el reto de Trump es abandonar la retórica nociva e incendiaria, y de la mano del Congreso poner las palabras en acción.
Para demócratas y grupos progresistas, la política migratoria expuesta ayer por Trump constituye un giro más hacia la derecha y no un gesto compasivo con los inmigrantes.
Entre otras ideas relacionadas con este tema, el ocupante de la Casa Blanca reiteró la decisión de empezar pronto, más rápido de lo previsto, la construcción de un gran muro en la frontera de Estados Unidos y México.
Trump continúa etiquetando a los inmigrantes como criminales, una acusación tan falsa como cruel, sostuvo Frank Sharry, director ejecutivo de America´s Voice, organización que persigue una reforma migratoria.
La realidad y las palabras nunca han estado más desconectadas en un discurso presidencial, afirmó a la cadena MSNBC el líder de la minoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer.
En su opinión, Trump habla como un populista, pero ha estado gobernando desde la extrema derecha, y deberá poner sobre papel medidas concretas.
Por su parte, el republicano Paul Ryan, presidente de la Cámara de Representantes, destacó que el jefe de Estado ofreció un mensaje audaz y optimista de empoderamiento del pueblo.
Antes del discurso, cientos de personas, entre ellas la activista y comediante Rosie O’Donnell, acudieron a las afueras de la Casa Blanca para expresar su rechazo a las políticas de Trump.
Los presentes en el parque Lafayette, convocados por Caucus Hip Hop, VoteVets, la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles y otros grupos, se congregaron bajo el lema Defendiendo los valores norteamericanos en tiempo de crisis moral.
Por Diony Sanabia
Washington, 1 marzo 2017
Crónica Digital /PL
