La información se produjo un día después de un exitoso ensayo que permitió a un cohete lanzado desde la Base Vandenberg de la Fuerza Aérea, en California, interceptar su objetivo (un simulador de un ICBM), cuyo disparo se produjo en las Islas Marshall.
De acuerdo con el vicealmirante James Syring, director de la Agencia de Defensa de Misiles del Pentágono, en la siguiente prueba se destinarán dos interceptores contra un solo misil para conceder más realismo al ejercicio.
Si Estados Unidos fuera verdaderamente apuntado por ICBM lanzados por la República Popular Democrática de Corea está previsto responder con más de un cohete, comentó el jefe castrense en una rueda de prensa.
Todos nuestros sistemas se han comportado exactamente como esperábamos, las lecciones que hemos aprendido nos van a permitir seguir progresando para mantenernos adelantados a las capacidades de otros países, manifestó.
Syring apuntó que el ensayo de la víspera costó 244 millones de dólares, y con el próximo presupuesto militar se prevé comenzar el desarrollo de un nuevo interceptor para tenerlo listo en 2025.
A su juicio, la interceptación de una amenaza tan compleja como la que representa un ICBM es un gran resultado para el denominado Sistema Terrestre de Defensa a Medio Trayecto.
Según informaciones periodísticas, el interceptor estadounidense carece de antecedentes uniformes, y antes de este martes había logrado nueve derribos en 17 intentos desde 1999.
La prueba anterior, desarrollada en junio de 2014, resultó exitosa también, pero ocurrió después de tres fracasos consecutivos.
Dicho sistema ha evolucionado gracias a un esfuerzo multimillonario que tuvo origen en las acciones de 1983 del entonces presidente Ronald Reagan para una solución a las amenazas de misiles balísticos durante la Guerra Fría.
En opinión de expertos, el concepto de defensa balística se basa en enviar un cohete al espacio luego de que se detecta el lanzamiento de un misil hostil.
El cohete despliega un dispositivo de 1,5 metros (el llamado ‘vehículo de la muerte’) que utiliza sistemas de control internos para dirigirse al trayecto de la ojiva del misil y lograr su destrucción en el aire por la fuerza del impacto.
Reportes de prensa recordaron que la RPDC aún no ha puesto a prueba ningún ICBM, pero el Departamento de Defensa estadounidense considera que sus esfuerzos en ese sentido avanzan rápidamente.
Washington, 1 de junio 2017
Crónica Digital /PL