La nueva tecnología permite medir la producción y la utilización de la energía en el tejido adiposo marrón, un órgano que oxida la grasa y disipa la energía en forma de calor.
Con tejidos vivos aislados de ratón, la herramienta facilita el estudio de parámetros de la bioenergética mitocondrial, como la cantidad de oxígeno dedicada a producir energía y la capacidad respiratoria máxima de las células.
‘Hasta ahora, la respiración celular se había analizado en células de cultivo o mitocondrias aisladas que eran propensas a romperse durante el proceso de separación’, explicaron los investigadores.
Para los expertos, el hecho de tener en cuenta todo el tejido y no solo las poblaciones celulares es un enfoque directo y proporciona una visión más realista de la respiración fisiológica.
Según los científicos, comprender la actividad del tejido adiposo es importante por la implicación de este órgano en la fisiopatología de la obesidad.
Tradicionalmente, la presencia del mismo se consideraba residual en los seres humanos adultos, y se pensaba que solo estaba en los bebés.
Sin embargo, en 2009 se detectó la presencia de tejido adiposo marrón en humanos adultos, y constataron que disminuye con el envejecimiento, la obesidad y la diabetes.
Madrid, 7 de junio 2017
Crónica Digital /PL