La movilización se inscribe en el llamado de los sindicatos a hacer huelga dos días de cada cinco, desde el 3 de abril hasta finales de junio, lo que significa 36 jornadas de perturbaciones en el tráfico.
El objetivo del movimiento es rechazar la reforma ferroviaria promovida por el gobierno, que según los detractores es el inicio de la privatización de un sector considerado modelo del servicio público en Francia.
Algunos de los aspectos más polémicos del proyecto oficial es la apertura del ámbito ferroviario a la competencia, así como la eliminación del estatus de los trabajadores, que hasta ahora disfrutaban de ventajas salariales y sociales como recompensa por la dureza de sus labores.
Varios líderes sindicales alertaron la semana pasada que la movilización podría extenderse más allá de junio, a causa de la negativa del gobierno a escuchar sus reclamos.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, ratificó esta semana su determinación de impulsar y aplicar la polémica reforma ferroviaria, a pesar de la amplia huelga nacional.
En una entrevista con la televisora TF1, el mandatario aseveró que ‘llegaremos hasta el final’ con los planes ‘indispensables’ de transformar la SNCF, y aseguró que pese a los cambios, la compañía seguirá siendo completamente pública.
La postura del jefe de Estado generó numerosas críticas por parte de líderes políticos como el secretario general del Partido Socialista, Olivier Faure, quien lamentó que el presidente mostró abiertamente su rechazo a escuchar los reclamos de los trabajadores.
París, 14 de abril 2018
Crónica Digital /PL