El regreso de Perú a las Copas Mundiales de Fútbol después de 36 años era una fiesta en la comunidad de casi 200 mil residentes aquí del país incaico, pero terminó casi de luto con el revés ante Dinamarca 0-1.
Las banderas peruanas y muchedumbres con la camiseta blanca con la banda roja cruzada destacaban este mediodía en la capital chilena, donde abundan restaurantes, bares, pequeños negocios de telefonía, comida y vestuario de sello peruano.
Ante la ausencia de Chile, eliminado en la lid clasificatoria sudamericana, Perú, no por simpatías pero si por su influencia, se erige como el elenco latinoamericano más popular en la nación austral.
Un penal fallido en el cobro de Cristian Cuevas, que lanzó el balón a los graderíos, y un gol de Yousuf Poulsen a los 59 minutos decretaron un resultado hasta cierto punto injusto.
«Perú fue más, hizo todo no sólo por empatar, sino por ganar el partido, pero el fútbol es así; debemos pasar la página y hacer un buen mundial», dijo con resignación Fabio Carrillo, dueño de un restaurant en Santiago.
Otros seguidores del elenco que dirige el argentino Ricardo Gareca subrayaron la importancia de prepararse bien para dar pelea a la favorita escuadra de Francia en el próximo duelo del jueves 21 de junio, en el grupo C del torneo.
Antes, otro balde de agua helada bajo temperaturas gélidas en Chile, miles de argentinos, residentes o turistas, sufrieron con amargura la igualada ante el sorprendente Islandia, con penal errado por el superastro Lionel Messi.
Santiago de Chile, 17 de junio 2018
Crónica Digital /PL