Esos migrantes, principalmente eritreos y sudaneses, llegarán pronto a la nación gala y recibirán su documentación, agregó.
Los dos navíos pusieron en evidencia recientemente la crisis con la gestión de indocumentados en Europa, pues ambos debieron pasar varios días a la deriva con cientos de personas a bordo a la espera del permiso de algún país para poder desembarcar.
Finalmente el Aquarius fue autorizado en España y el Lifeline en Malta, dos casos que suscitaron una amplia atención mediática.
Francia fue criticada por no proponerse para acoger ninguno de los buques, ante lo cual el gobierno se defendió con la excusa de que los navíos deben desembarcar en los puertos más cercanos.
El país galo envió equipos de especialistas para evaluar las demandas de asilo y acoger a una parte de los más de 800 foráneos llegados en las dos embarcaciones.
París, 3 de julio 2018
Crónica Digital /PL