En la madrugada del día de hoy falleció el ex prisionero político y sobreviviente de Villa Grimaldi, Santiago Oyarzo Pérez, ‘Chago’, socio de nuestra Corporación. Estudiante de Trabajo Social en la Universidad Técnica del Estado, su compromiso político lo llevó a convertirse en fotógrafo, asumiendo junto con decenas de profesionales la peligrosa tarea de registrar las luchas populares bajo dictadura, convirtiéndose en un integrante destacado y uno de los fundadores de la Asociación de Fotógrafos Independientes, AFI.
Mié Jul 18 , 2018
No quiero que mi voz se confunda con los rugidos del imperio o con los ladridos de sus perritos falderos. Pero no puedo callar. El heroico pueblo de Nicaragua, que en 1979 derrocó a la tiranía de los Somoza, necesita aliento en su lucha contra la dictadura corrupta y grotesca de Daniel Ortega-Rosario Murillo. Es cierto que la reacción internacional, el “sicario” general de la OEA, los medios de desinformación, el empresariado y la Iglesia Católica se han adueñado de la crisis social y política que gatillaron los errores del gobierno. Los reaccionarios se han montado en la ola de la protesta popular; desplazaron a los estudiantes que están dando un ejemplo de corajecívico, y se levantan como los jueces y verdugos de un régimen que protegió sus intereses. El derrumbe del binomio Ortega-Murillo es el destino que la historia reserva a los revolucionarios que traicionan sus principios, se asocian con los enemigos del pueblo y se enriquecen con los fondos públicos. Por desgracia el silencio de las izquierdas -de las que soy militante-, permitirá que el desastre de Nicaragua pueda interpretarse como una derrota histórica del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN). Otro estigma en el castigado cuerpo de la Izquierda latinoamericana en momentos que explora nuevos caminos para salir de su prolongada atonía política. El vergonzoso final del gobierno Ortega-Murillo no tiene porqué ser la muerte del FSLN. Son asuntos diferentes. El FSLN lo fundaron en 1961 un puñado de exiliados nicaragüenses en Costa Rica. En La Habana conocí a uno de ellos que sería su líder indiscutido, Carlos FonsecaAmador. Fue en una reunión que “cuadraron” los compañeros del Departamento América del Partido Comunista de Cuba que dirigía el comandante Manuel Piñeiro. Nos reunimos en una habitación del hotel Habana Libre. Carlos Fonseca, alto, flaco, cegatón, llegó con doscompañeros que también se preparaban para volver clandestinamente a Nicaragua. Tenían interés en conocer las luchas sociales y políticas que en Chile gestaban el cuarto intento presidencial de Salvador Allende. Carlos Fonseca, modesto, de pocas palabras, ya tenía un respetable historial revolucionario. El FSLN agrupaba con dificultades tendencias que se materializaron en tres frentes guerrilleros casi hasta la victoria de 1979. Tengo el recuerdo de un CarlosFonseca claro y preciso en sus palabras, radical en sus opiniones y de una impresionante sencillez, como todo verdadero revolucionario. Fonseca no alcanzó a ver la victoria del FSLN. Cayó el 8 de noviembre de 1976. Su gesto de bravura -la de un guerrillero miope- le costó la vida. Le cortaron las manos para una identificaron en Managua y laprensa somocista publicó una foto del cadáver del líder sandinista para desalentar al FSLN. Sus restos descansan hoy en el panteón de los héroes deNicaragua. El sacrificio de Fonseca no fue en vano: las tendencias del FSLN terminaron por unirse y en 1979 derrocaron al dictador Anastasio Somoza Debayle. La lucha guerrillera contó con el decisivo apoyo logístico y asesoría militar de la Revolución Cubana. En la guerra participación numerosos voluntarios latinoamericanos, entre ellos muchos […]