Además, a partir de las 12:01 hora local entró en vigor un paquete de aranceles del 25 por ciento con valor de 16 mil millones de dólares que el gigante asiático aplica a productos de Estados Unidos como el carbón, el petróleo, el diésel, automóviles, motocicletas, equipo médico y productos de la industria del acero.
De esta forma, Beijing responde a los gravámenes que incialmente impuso Washington con un valor monetario similar a una lista de 279 categorías de mercancías chinas que incluyen semiconductores, productos químicos, plásticos y motos eléctricas, vagones de ferrocarril y turbinas de vapor.
Se trata de la segunda tanda de aranceles que se aplican mutuamente después de que el pasado 6 de julio entraran en vigor otras tarifas del 25 por ciento sobre importaciones por valor de 34 mil millones de dólares.
La puesta en marcha de estos últimos impuestos ocurre a pesar del diálogo en Washington DC entre delegaciones encabezadas por David Malpass, subsecretario estadounidense del Tesoro; y Wang Shouwen, viceministro chino de Comercio.
Estas conversaciones, las primeras que se efectúan después de detenerse en junio pasado, buscan una forma de poner fin a la escalada del enfrentamiento comercial entre Washington y Beijing.
Sin embargo, analistas y líderes empresariales advierten que no tienen expectativas de que nada concreto salga de la negociación, la cual podría simplemente preparar el terreno para más discusiones.
El presidente chino Xi Jinping ha alertado que una guerra comercial entre los dos países no dejará ganadores y constituye una grave amenaza para la economía global.
Beijing, 23 agosto 2018
Crónica Digital /PL
