“Es una realidad que lleva demasiados años afectando a parte de nuestros compatriotas. Se trata de una zona de sacrificio medio ambiental que obliga a tomar medidas serias y definitivas. Lo claro es que, con esta realidad, ya no pueden convivir las industrias y la población afectada. ¿O acaso el Estado cree que hay chilenos que pueden seguir viviendo de esa manera? Como sea, cualquier solución debe ser acordada en conjunto con la comunidad y lo claro es que son las industrias las que deben hacerse cargo de los graves impactos que ya por demasiados años han tenido en la comunidad”, señala Matías Asun, director nacional de Greenpeace.
Greenpeace, además, apoyó la solicitudes hechas por distintas organizaciones locales, quienes han planteado la necesidad de que se toman decisiones inmediatas, como el cierre de las termoeléctricas de carbón, que se impida el crecimiento del parque industrial y que se limiten las actividades productivas hasta no tener certeza de las razones y responsables de los últimos episodios de emergencia.
“Basta de eufemismos: la población de la zona que está ingresando a los hospitales lo está haciendo por envenenamiento. La situación no da para más y se debe buscar alguna solución final para terminar con este verdadero Chernóbil chileno», exigieron desde Greenpeace.
Santiago de Chile, 24 de agosto de 2018.-
Crónica Digital
Crédito: Página Facebook Mujeres de Zonas de Sacrificio Quintero-Puchuncaví.