La Superintendencia de Bancos (SBIF) de Chile reconoció la filtración de datos de 924 tarjetas, en lo que pudiera considerarse parte de nuevos ataques a la ciberseguridad en Chile, cuestionada por expertos.
Desde hace meses, el fenómeno de las tarjetas de crédito y algunas de débito, cuya información confidencial aparecía en las redes de Internet, se repitió en Chile. Hubo hasta un caso más grave con Banco de Chile.
La entidad financiera, la segunda mayor del paìs, sufrió un ataque ciberpirata y le robaron unos 10 millones de dólares. Se trató de una operación gradual a lo largo de varios meses y la mayor parte del dinero fue a parar a cuentas en Hong Kong.
A finales de julio, la SBIF confirmó que fueron filtrados datos de 14 mil tarjetas de crédito en Chile de emisores locales y extranjeros, aunque en su inmensa mayoría ya habían caducado.
Pero luego se dio otro grupo, aun más abultado, de más de 55 mil tarjetas plásticas con información filtrada.
Se está supervisando la adopción de todas las medidas necesarias para resguardar a los clientes afectados y que estas medidas sean oportunamente comunicadas a los usuarios, declaró la SBIF en un comunicado.
El hecho coincide con un comentario de especialistas que afirmaron que si bien la nación sudamericana incrementó su inversión para blindar su ciberseguridad, en el orden de los 196 millones de dólares, todavía es insuficiente.
Después de lo ocurrido con el robo millonario a Banco de Chile, el Gobierno de Sebastián Piñera pidió asesoramiento técnico en ciberseguridad al Fondo Monetario Internacional.
Santiago de Chile, 28 de agosto 2018
Crónica Digital / PL