La maniobra táctica de infiltración a distancia y en avión comenzó en Japón y concluyó en Filipinas, en un área con caracteristicas similares a barrios de la capital norcoreana, publicó el diario gubernamental Minju Joson (Corea Democrática).
Esa maniobra también ejercitó actuaciones de pequeñas unidades élites en la retaguardia del Ejército Popular de Corea.
El rotativo, órgano oficial del gobierno local, reveló que desde la última semana de julio pasado medios terrestres, navales y aeroespaciales de inteligencia de la RPDC ubicaron también el traslado bajo agua y en secreto de comandos élites multipropósito desde el archipiélago japonés hasta la base naval de Jinhae, de Corea del Sur.
Tales acciones por parte de EE.UU. estropean la implementación de la Declaración Conjunta firmada el 12 de junio anterior en Singapur por el líder coreano, Kim Jong-un, y el presidente norteamericano, Donald Trump, opinó el periódico.
Precisó que las aludidas maniobras resultan un juego de azar militar que no ayuda en nada el desarrollo de las relaciones RPDC-EE.UU.
Resulta una descomunal equivocación pretender asustar a la RPDC con ‘diplomacia de cañoneras’, empleada como arma omnipotente en el siglo pasado, y que hoy no resulta debido a la valentía del pueblo coreano y las muy poderosas espadas defensivas creadas en los últimos 14 lustros, subrayó.
Alertó de manera categórica que si EE.UU. vuelve a empeorar las relaciones con Pyongyang y traer el peligro de guerra a la península de Corea, la responsabilidad recaerá totalmente sobre quienes en Washington estimulan actos provocativos y peligrosos.
El artículo de opinión de Minju Joson aparece en vísperas de la conmemoración central en este país del aniversario 70 de la creación por el líder histórico, Kim Il-sung, de la RPDC, el 9 de septiembre de 1948.
También en el contexto de una bajada en la columna de mercurio de los termómetros que marcan el estado de las relaciones RPDC-EE.UU, debido a la cancelación por el presidente Trump de un viaja a esta capital de su secretario de Estado, Mike Pompeo, quien esta semana debió aterrizar aquí.
Asimismo, a unos días de la visita a Pyongyang del presidente surcoreano Moon Jae-in, quien pudiera firmar con Kim Jong-un un texto de fin de la guerra entre los dos países.
Tal conflicto data desde 1950 y de manera evidente Washington, no desea ponerle fin formal hasta que la RPDC haga añicos sus armas y centros nucleares, algo impensable por la dirección de este país y causa real, según se estima, de la cancelación del vuelo de Pompeo a Pyongyang.
Pyongyang, 29 de agosto 2018
Crónica Digital /PL