Por Samuel Fernández Illanes: INCÓGNITAS EN LA HAYA

Se despejarán el 1º de octubre en la sentencia, sobre si Chile tiene o no, la obligación de negociar, de buena fe, un acceso soberano al Pacífico con Bolivia, y si ha incumplido dicha obligación. La Corte decidirá únicamente sobre este punto y no otros. Así lo falló en el recurso preliminar chileno de incompetencia que no acogió, pero que redujo la demanda boliviana y precisó la controversia. No cabe revisión alguna del Tratado de Límites de 1904, por lo que no cambiará la soberanía chilena territorial ni marítima. Tampoco impondrá un resultado a las eventuales negociaciones, o definirá los alcances del acceso soberano. Correspondería a Bolivia y a Chile determinarlos, si los Jueces no rechazan la petición boliviana. Si la aceptan, podrían establecer, desde la obligación chilena de negociar, hasta una simple recomendación.

Sin embargo, ante la escasa información proporcionada y la reserva debida al juicio, se han generalizado algunas impresiones y opiniones pesimistas, que  especulan un resultado desfavorable. Se insiste en que la Corte emite soluciones salomónicas y políticas, para dejar conforme las partes. Si se analizan sus fallos desde su creación (1921), hasta la actual (1945), sucesora de la anterior; no hay evidencia de que hubiere resuelto casos salomónicamente, o sobre bases políticas. Debe aplicar el Derecho Internacional, al cual su jurisprudencia contribuye a su creación. Toda decisión contraria, dejaría de ser fuente auxiliar. No se conocen denuncias al respecto, y sus sentencias siguen siendo invocadas y cumplidas. Las pocas que no, han encontrado un acuerdo posterior diferente por decisión de los litigantes.

También se sigue planteando de manera recurrente, la denuncia del Pacto de Bogotá de 1948. Se asegura que encontraríamos la fórmula milagrosa, para hacer desaparecer el juicio, la Corte, su jurisdicción, y toda controversia potencial. No hay tal. Sería inaplicable para los que ya conoce, el marítimo y el Silala, ni oportuno antes de sus respectivas sentencias. Numerosos  otros tratados, como el Pacto, sólo otorgan competencia anticipada al Tribunal. Seguimos igualmente vinculados por su Estatuto. Junto con la Carta ONU, constituye un todo, siendo su órgano judicial principal, como todos los demás. No existe cláusula de retiro del Organismo ni de sus órganos. Sólo puede suspender o expulsar a un Miembro en casos graves. Podríamos optar por no comparecer ante la Corte, pero quien lo hace, puede solicitar que sentencie a su favor. Quedaríamos sin defensa.

Es lógico preguntarse si ganaremos o perderemos. Sin embargo, como versa sobre la obligación de negociar y no está en juego una cesión de soberanía, es difícil reducirlo al todo o nada. La Corte determinará sobre bases jurídicas, si existe y su graduación. Muchas veces hemos negociado con Bolivia sin perder integridad territorial. No hay demasiadas incógnitas en La Haya.

Por Samuel Fernández Illanes
Académico Derecho U. Central

Santiago de Chile, 29 de septiembre 2018
Crónica Digital

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HISTORIADOR MAPUCHE ADVIERTE QUE PLAN DEL GOBIERNO EN LA ARAUCANÍA PUEDE GENERAR UN RETROCESO

Sáb Sep 29 , 2018
El profesor de la Universidad de Santiago, Fernando Pairicán, afirma que la modificación a la Ley Indígena que pretende el Acuerdo Nacional por la Paz y el Desarrollo presentado por el Presidente Piñera, considera arriendos de tierra, lo que podría terminar tensionando la noción del derecho a la propiedad que defiende el pueblo mapuche.  “Cien años de historia de este pueblo se resumen en una agenda, de defensa de la propiedad o devolución de la tierra. Plantear la opción de seguir con los arriendos puede contravenir la lucha que generó el movimiento mapuche en la década de 1980, en contra de Augusto Pinochet”, sostiene.  “Lo que se vivía hace seis meses era una desunión grande, muchos problemas de violencia y en la operación de la policía, poca claridad de cómo salir adelante de manera conjunta para tener un desarrollo que pudiera enfrentar problemas”. Fueron las palabras del ministro de Desarrollo Social, Alfredo Moreno, en el marco de la presentación del Acuerdo Nacional por la Paz y el Desarrollo de La Araucanía. El paquete de iniciativas, dadas a conocer por el Presidente Sebastián Piñera, incluye una “fuerte” inversión en obras públicas, infraestructura educacional, caminos básicos e indígenas y obras de agua potable rural. Sin embargo, para el historiador mapuche y profesor del Departamento de Historia de la Universidad de Santiago de Chile, Fernando Pairicán, el enfoque del plan es más económico que social. Por eso, considera que puede “generar un retroceso” en las demandas del pueblo mapuche. Fundamentalmente, por la modificación de la Ley Indígena, lo que a su juicio debiese ser decidido a través de una consulta. “La Ley Indígena de 1993 permitió una nueva etapa entre el Estado y los pueblos originarios, donde la propiedad de la tierra quedaba protegida. Los nuevos tipos de arriendo de la tierra que acá se están planteando pueden terminar tensionando el derecho a la propiedad o la propiedad comunitaria que el pueblo mapuche ha colocado como demanda”, afirma. Según el economista Luis Larraín, la modificación de la Ley Indígena buscaría autorizar la posibilidad de celebrar distintos tipos de contratos tales como medierías, arriendo y cesión de derechos en tierra individual o comunitaria indígena por hasta 25 años, sujetos a un proceso de registro y supervisión del Estado. “Cien años de historia de este pueblo se resumen en una agenda, de defensa de la propiedad o devolución de la tierra. Plantear la opción de seguir con los arriendos puede contravenir la lucha que generó el movimiento mapuche en la década de 1980 en contra de Augusto Pinochet”, advierte. Por otra parte, considera que el proyecto impone un modelo económico que el pueblo mapuche no ha legitimado en el tiempo. “Hay una noción que no es extraña en la derecha y que la Concertación fomentó, de pensar que la solución a la realidad indígena pasa por un aspecto netamente económico, destruyendo el tejido social comunitario por implicar estancamiento social y político, en pro del individualismo y la propiedad privada”, explica. Sin embargo, “el mundo indígena se […]

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