Víctimas de abusos sexuales y expertos aguardan hoy por la ratificación de la condena de la Corte de Apelaciones de Santiago que obliga a la Iglesia católica de Chile a pagar indemnizaciones.
El abogado que estableció la demanda contra la Iglesia a nombre de las víctimas, Juan Pablo Hermosilla, explicó a medios locales que no hará un pronunciamiento definitivo hasta tanto no conozca los detalles del fallo.
Según fuentes concordantes, la justicia fijó la compensación en 450 millones de pesos (alrededor de 671 mil dólares) a favor de Juan Carlos Cruz, James Hamilton y José Andrés Murillo, quienes habían demandado a la Iglesia.
El dictamen revocó uno anterior y se concentra en las trasgresiones sexuales cometidas por el exsacerdote Fernando Karadima, y aparentemente por el encubrimiento y silencio de jerarcas del Arzobispado de Santiago.
Hermosilla presentó ante la Corte de Apelaciones la carta que escribió en 2009, el cardenal Francisco Javier Errázuriz (arzobispo emérito de Santiago), al entonces nuncio apostólico, Giuseppe Pinto.
En la misiva, Errázuriz señaló que «por respeto al P. Karadima, no le pedí al promotor que lo interrogara, solo le pedí a Mons. Andrés Arteaga su parecer. Él consideró que todo era absolutamente inverosímil. Como se trataba de hechos prescritos, cerré la investigación».
El clero podría haber evitado todo esto, y en lugar de hacerlo lo escondieron y hoy día tienen que empezar a responder por estos casos, recalcó el abogado Hermosilla.
Si bien todavía no se conocen los detalles del pronunciamiento de la Corte y si su postura es indeclinable, Jaime Concha, denunciante de abusos de la congregación marista, afirmó que no descarta seguir acciones legales.
Karadima, quien fue separado de su actividad a raíz de las denuncias, fue expulsado del sacerdocio en septiembre pasado por orden del papa Francisco, quien a raíz de su visita a Chile en enero terminó por dar un vuelco a este caso y abrió nuevas investigaciones.
Como consecuencia del repudio al entonces obispo de Osorno, Juan Barros, Su Santidad dio un giro de 180 grados y envió al país austral al obispo de Malta, monseñor Charles Scicluna, en dos misiones que arrojaron escandalosas revelaciones.
El desprestigio de sacerdotes y obispos llegó a puntos sin precedentes en la historia, y con el visto bueno del Vaticano la Fiscalía Nacional adelanta investigaciones de por lo menos 119 denuncias de trasgresiones sexuales y pederastia.
«El estado chileno se está poniendo al día a través de la justicia para que, independiente del poder de una organización, todos deban respetar por sus actos, especialmente si tienen a su cargo el cuidado de niños, adolescentes y personas vulnerables», escribieron Cruz, Hamilton y Murillo.
Santiago de Chile, 22 de octubre 2018
Crónica Digital /PL