Este drama familiar es dirigido por Bárbara Ruiz-Tagle y fue escrito por el joven croata Ivor Martinic y aunque el título sugiere un argumento donde se hablará de la enfermedad que mantiene al protagonista en silla de ruedas, es todo lo contrario, ya que la discapacidad está más en su propia familia. ¿Qué nos ocurre cuando tenemos entre nosotros a alguien diferente al resto y los problemas que esto conlleva?
Mientras los asistentes se van acomodando en la sala del Teatro Mori de Bellavista, ya los 11 actores están en escena bebiendo una taza de té o tal vez una de café -acompañado por unas galletas- sentados en sillas comunes alrededor de una mesa rectangular. A esto le sumamos unos ventanales y esa es la paupérrima escenografía, pero con la música de fondo, ya se va creando esa atmósfera necesaria de la emocionalidad de un hogar. Es aquí, donde Branco, un joven invalido, cumple 25 años. Su madre se esmera en juntar a la familia por la tarde para celebrar su día. En tanto los personajes se distribuyen en el espacio escénico tomando cada uno su asiento para aparentar el living de la casa.
“Mi hijo sólo camina un poco más lento”, se sumerge en el corazón de una familia que claramente ha tenido sus conflictos y que ahora los saca a la luz. La abuela con una especie de alzhermer no deja de divagar y recordar a un ex amor, al mismo instante que putea y garabatea a su esposo. La hija que viene de visita no hace más que criticar a su hermana –que es la madre de Branco- porque no ha bañado ni alimentado bien a su anciana madre y la hermana de Branco llega con una amiga la que se enamorará de este joven, que solo anda más lento porque maneja una silla de ruedas. Él no tiene ningún impedimento en salir a la calle ni tampoco en dejarse llevar por el amor. Los rencores y las culpas, las heridas y la poca comprensión por el otro, van aflorando a medida que fluyen los diálogos.
Este montaje tiene momentos altos y bajos, hay que estar atento al desarrollo de los personajes para poder descubrir el vínculo familiar entre ellos. Una familia que aprovecha un cumpleaños para salir un poco de la cotidianidad, que finalmente, es el enfermo el menos aburrido y el que pese a sus limitaciones se vincula con el resto y acepta su condición sin complejos. Asumir la imposibilidad de caminar, es el que dice que hay que abrir las ventanas para que entre el aire, en tanto, el abuelo busca una corbata para esta importante ocasión, donde la alegría está en las pequeñas cosas.
La simpleza en la escenografía da un resultado funcional al montaje y los actores que siempre se mantienen a la vista del público, aprovechan y ocupan el espacio escénico con mucha sutileza, sin estorbar, ni distraer al que le toca intervenir en el acto. Hay instantes en que los tiempos de diálogos caen en una lentitud, pero en la mayoría de las veces consigue la atención de los asistentes, tanto así, que el público aplaude largamente a este gran y diverso elenco al finalizar la obra y nos quedamos con esa sensación de que en los cumpleaños envejecemos y cuando envejecemos nos morimos y envejecemos todo el tiempo. Y es necesario advertir, que el elemento valórico en esta pieza teatral es el amor, sin importar la familia y la condición física del que lo recibe y lo devuelve con la misma honestidad.
Ficha Técnica
Autor: Ivor Martinic
Dirección: Bárbara Ruiz-Tagle Compañía: Mía Producciones
Elenco: Ana Reeves, Hugo Medina, Roxana Naranjo, Alejandro Trejo, María José Siebald, Daniel Antivilo, Diego Ruiz, Carolina Correa, Andrew Bargsted, Alejandra Oviedo, Iñigo Urrutia
Producción ejecutiva: Mauricio Bustos
Asistente dirección: Paulina Eguiluz
Producción: Valeska Flores
Traducción: Nikolina Zidek
Adaptación: Emilia Noguera
Diseño vestuario: Andrea Contreras
Asistente vestuario: Javiera Labbé
Diseño escenografía /iluminación: Daniela Vargas
Realización escenográfica: Manuel Morgado, Joel Banda y Nicolás Muñoz
Fotografía: Daniel Corvillón
Diseño gráfico: Lucía Correa
Comunicaciones: Tania Araya
Duración: 75 minutos
Edad: +14 años
Temporada: 11 de octubre al 1 de diciembre
Por Miguel Alvarado Natali
Crónica Digital, Stgo 30 de octubre de 2018.