Por Fausto Triana
Pablo Neruda es uno de los dos Premios Nobel de Literatura de Chile, referente mundial de la poesía y de notable trayectoria socio-política, pero en su país natal el reconocimiento unánime le es esquivo.
La renovada polémica de utilizar el nombre de Neruda para bautizar al Aeropuerto Internacional de Santiago, muestra dos posibilidades en una misma pregunta: ¿estrechez mental o sesgo político?. De otra forma no se explicaría.
De hecho, en Chile no hay una estación del Metro ni un monumento notable dedicado a Ricardo Eliécer Neftalí Reyes Basoalto, el verdadero nombre del autor de Veinte Poemas de Amor y una Canción Desesperada.
El aeropuerto lleva el nombre actualmente de Arturo Merino Benítez, pionero de la aeronáutica en el país austral. Pero sin desmedro de su figura, la dimensión de Neruda es la base del argumento en torno a la propuesta.
Es una vieja aspiración de un segmento relevante de la sociedad chilena, pero también una iniciativa a la que se resiste de todas maneras la centroderecha. ¿El motivo?, simple, el legado político del creador de Canto General.
Neruda fue activo miembro del Partido Comunista y aliado muy cercano de Salvador Allende, el presidente constitucional de Chile desbancado del poder por un sangriento golpe de estado de la dictadura de Augusto Pinochet el 11 de septiembre de 1973.
La Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados aprobó el lunes pasado un proyecto de ley que busca rebautizar la terminal aérea como Aeropuerto Internacional Pablo Neruda.
Una idea que pasará ahora a debate en el pleno de esta instancia parlamentaria.
Sin dar tiempo ni siquiera al debate, el ministro de Defensa, Alberto Espina, un reconocido admirador de Pinochet, rechazó de inmediato la propuesta basándose, supuestamente, en los méritos del fundador de la Fuerza Aérea.
«No hay ninguna razón ni justificación para que se quite el nombre de Merino Benítez, nada menos que quien fundó la Fuerza Aérea de Chile«, remarcó Espina. También coincidió con el secretario de estado del Gobierno conservador en el poder el recién ascendido a jefe de la Fuerza Aérea (FACH), Arturo Merino Núñez, hijo de Merino Benítez.
«Mi padre es considerado el arquitecto de la aviación en Chile«, dijo.
Si bien Merino Benítez era considerado simpatizante de la izquierda, el problema mayúsculo en verdad es contra Pablo Neruda, aunque pueda parecer increíble.
Ya en el pasado reciente, la derecha admitió que aceptaría la idea si se le ponía al aeropuerto Poeta Pablo Neruda, para separar el legado cultural del político.
El proyecto de ley argumenta «el carácter universal, trascendente, nacional y mundial de Neruda, que «une al país en cultura e identidad».
«Es por esta calidad singular de lo que representa en el mundo y para nuestra tierra que, indistintamente de las diversas posiciones políticas, denominar al principal aeropuerto del país con el nombre de poeta Pablo Neruda sería de gran beneficio para el país».
«Chile es quien gana en este reconocimiento», apostillaron los defensores de la iniciativa.
El exministro y parlamentario socialista, Marcelo Díaz, remarcó que el acuerdo es para nombrar al Aeropuerto Internacional como Pablo Neruda, y dejar el de Merino Benítez a la terminal nacional.
Justamente, un grupo de empresas francesas lideradas por Aeroport de Paris, adelantan la ampliación de la principal sede aeronáutica de Chile, obra que culminará en 2020 y permitirá operar hasta con 31 millones de pasajeros al año.
Santiago de Chile, 8 de noviembre 2018
Crónica Digital /PL