Al menos 288 viviendas resultaron dañadas por el terremoto que en la noche del sábado remeció varias regiones del norte y centro de Chile, informaron hoy fuentes oficiales.
En las ciudades de La Serena y Coquimbo, las más afectadas por el sismo de 6,7 grados en la escala Richter, los respectivos Comités Operativos de Emergencia (COE) reportaron 155 viviendas afectadas en la primera y 133 en la segunda, de ellas un total de 114 con daños irreparables.
En La Serena, capital de la región de Coquimbo, las mayores afectaciones se apreciaron en el casco histórico, donde una gran parte de las construcciones son de adobe, y entre las edificaciones resultó notablemente dañada la catedral.
Paulatinamente las zonas afectadas se han ido recuperando del impacto inicial del terremoto, que dejó a más de 230 mil usuarios sin energía por cortes en el tendido eléctrico, y provocó el cierre parcial de varias carreteras por deslizamientos de rocas y el cierre total del paso fronterizo de Agua Negra, con Argentina.
Tras ocurrir el sismo, la Oficina Nacional de Emergencias del Ministerio del Interior emitió una alerta de Tsunami en toda la costa de Coquimbo, que promovió el éxodo de miles de personas desde las localidades ubicadas junto al Pacífico hacia zonas más altas, pero a los pocos minutos fue levantada.
A pesar de los daños e intensidad solo se reportó el fallecimiento de una mujer y un hombre por infartos.
Este domingo el ministro de Obras Públicas, Juan Andrés Fontaine, sobrevoló en helicóptero la zona para verificar el estado de las carreteras, y declaró que estas ya fueron despejadas aunque anunció que el paso fronterizo Agua Negra permanecerá cerrado hasta mañana martes pues en esa área los daños fueron mayores.
Desde la noche del sábado el Centro Sismológico Nacional ha reportado hasta hoy 90 réplicas, la más fuerte de ellas de 4,7 grados.
Según fuentes del sector turísticos en las localidades afectadas, tal inestabilidad ha provocado la salida de una parte de los turistas extranjeros, principalmente argentinos, que en estas fechas ocupan los hoteles de la región, por lo que prevén un cierre de temporada con pocas ganancias.
El sismo, que tuvo su epicentro a 16 kilómetros de la localidad de Tongoy y se sintió además en las regiones de Atacama, Valparaíso, metropolitana y O´Higgins, fue un movimiento inusualmente violento, pese a que marcó 6,7 grados.
Al respecto, Rodrigo Cienfuegos, director del Centro de Investigación para la Gestión Integrada del Riesgo de Desastres (Cigiden) explicó que ello se debe a que no fue un terremoto interplaca, que es cuando la placa de Nazca se desliza bajo la Sudamericana, sino que se trató de uno llamado terremoto intraplaca, lo que amplificó la sensación de movimiento.
Añadió que el mecanismo de liberación de energía es distinto en este tipo de sismos, son más destructivos, ocurren debajo de ciudades, y eso hace que la percepción sea mayor.
Según el Centro Sismológico Nacional, el potencial de daños de estos terremotos es mayor que el de los sismos interplaca de similar magnitud y además presentan ondas muy alargadas, lo que hizo que en Santiago se sintiera no tan violento, pero sí por un tiempo prolongado.
Santiago de Chile, 21 de enero 2019
Crónica Digital