El reconocido actor y dramaturgo chileno Oscar Castro Ramírez, fundador y director del famoso Teatro Aleph, recibió las insignias de “Caballero de la Legión de Honor”, máxima distinción que el Gobierno de Francia entrega uno de los reconocimientos más importantes que otorga el Estado francés a personas que destacan por sus méritos extraordinarios en ese país. En este caso, como reconocimiento a los 50 años de trabajo teatral en Francia y en el mundo.
La ceremonia se realizó en dependencias de la misión diplomática de Francia en Chile. Castro recibió la condecoración de manos del diputado honorario galo Jean–Claude Lefort y del Embajador Roland Dubertrand, junto con la Ministra de Cultura Consuelo Valdés, quien subrayó los méritos de Castro como “embajador de la cultura chilena” en el mundo.
En sus palabras, el parlamentario francés realizó un recorrido por la enorme trayectoria de Oscar Castro, desde los primeros pasos del Teatro Aleph en los años, cuando aún era estudiante del Instituto Nacional, pasando por su detención y larga reclusión en campos de concentración en tiempos de la dictadura, período en que fue detenida su madre María Julieta Ramírez Gallegos, permaneciendo desaparecida hasta ahora. Recordó que en su exilio, fue acogido por Francia; es miembro del PEN Club de ese país desde 1982; y ha sostenido vínculos con importantes figuras internacionales del mundo de la cultura, tales como Gabriel García Márquez o Yves Montand.
Junto a visiblemente emocionado Oscar Castro, su esposa, la coreógrafa Sylvie Miqueu.
También estaban, acompañando a su maestro, los miembros del elenco de Teatro Aleph en Chile, liderados por Gabriela Olguín.
En sus palabras de agradecimiento, Castro señaló que no sólo tenía la esperanza de cambiar el mundo, como cuando empezó su historia en el mundo del teatro, sino que tiene la certeza de que es posible hacerlo.
Entre el numeroso público asistente, se encontraban artistas y creadores como Ismael Oddó y Eduardo Carrasco, de Quilapayún; José Seves y Horacio Durán de Inti Illimani Histórico; Isabel Parra; los cineastas Gonzalo Justiniano y Patricio Paniagua. También se encontraba el Rector de la Universidad de Chile, Enio Vivaldi; el Gran Maestro de la Masonería, Sebastián Jans; la presidenta de la Agrupación de Familiares de Ejecutados Políticos (AFEP), Alicia Lira; y el ex Ministro de Bienes Nacionales, Víctor Osorio, quien entregó el 2016 el inmueble fiscal que permitió la reinstalación de Teatro Aleph en Chile.
Su carrera de hombre de teatro y dramaturgo se inició en 1967 con su primera obra: “Vida, pasión y muerte de Casimiro Peñafleta”. En el Gobierno del Presidente Salvador Allende escribió “Erase un vez un rey”, una de sus obras más conocidas en América Latina. En los campos de concentración no se detuvo su trabajo y todos los viernes presenta obras de su autoría: fue así como estrenó “Casimiro Peñafleta, preso político”.
Expulsado de su país en 1976 llegó a vivir su exilio en Paris donde recreó un nuevo Teatro Aleph y estrena en el teatro del Sol de Ariane Mnouchkine “El Exiliado Mateluna”.
En su larga trayectoria, Castro participó en la película “Ardiente Paciencia” de Antonio Skármeta, interpretando a Mario Jiménez, el cartero que plagia versos de Pablo Neruda (Roberto Parada) para conquistar a la joven Beatriz González (Marcela Osorio).
Es Caballero de Artes y Letras, reconocimiento del Ministerio de Cultura de Francia (1992) y en el segundo Gobierno de Michelle Bachelet el Ministerio de Educación le nombró Comendador del orden al mérito docente y cultura Gabriela Mistral.
Desde 2013 Oscar Castro va y viene entre dos teatros: uno en París y el otro en Santiago, enclavado en el corazón de La Cisterna.
Por Iván Gutiérrez Lozano, periodista.
Santiago de Chile, 21 de enero 2019
Crónica Digital