Estados Unidos ha puesto fecha- este sábado 23 de febrero- para el ataque a la soberanía, la independencia, la democracia y la autodeterminación de Venezuela. Ese día ha sido fijado para la puesta en marcha de una operación de violación de las fronteras nacionales de Venezuela, de invasión, ocupación militar del territorio, bajo el pretexto de la “ayuda humanitaria”.
Las fuerzas de intervención rápida ya están alistadas en torno a ese país, en las bases militares de Estados unidos, en el Caribe, Colombia, Brasil y Ecuador, mientras se preparan tropas internacionales de invasión que comprometan a otros países del continente.
En Cúcuta, en la frontera de Colombia con Venezuela ya están tres aviones de transporte de la Fuerza Aérea estadounidense. La carga de las naves, supuestamente alimentos, será almacenada a metros de la frontera, en el puente limítrofe de Tienditas, desde donde se iniciaría la provocación que daría paso a la agresión y hasta donde se disponen actuar los destacamentos de “voluntarios” militarizados organizados por la subversión encabezada por el llamado “presidente encargado”, Juan Guaidó.
Chile – es decir el gobierno del presidente Sebastián Piñera- ha anunciado que se suma al ataque intervencionista, informando que enviará aviones de la Fuerza Aérea, FACH, con “ayuda humanitaria”, dispuestos a aterrizar en Cúcuta o en territorio venezolano – según como se desarrollen los acontecimientos- es decir participar en la fase militar de la conspiración contra el gobierno constitucional y democrático de Venezuela.
La Moneda, como se ve, ha respondido con diligencia y docilidad a la estrategia agresora de la Casa Blanca que así avanza un paso más en la histeria antidemocrática, belicista de Estados Unidos, llegando a un punto de no retorno.
El anuncio del ministro del Interior subrogante, Rodrigo Ubilla, tras una reunión con Guarequena Gutiérrez, representante del “presidente impostor” de Venezuela en Chile, de la decisión de La Moneda de enviar aviones de la Fuerza Aérea de Chile, FACH, supuestamente con “ayuda humanitaria” a Venezuela, es algo más que un gesto.
Se trata de la subordinación al esquema intervencionista en desarrollo, que compromete militarmente a Chile, en un escenario de intervención, invasión y ocupación de un país soberano.
La hipocresía de los argumentos de una supuesta preocupación por el hambre, la pobreza, la salud, o los derechos humanos de la población de Venezuela, no es más que un montaje evidente del “ablandamiento” comunicacional. Se trata de supuestos escrúpulos para justificar la complicidad con la violación del Derecho Internacional y la aceptación del crimen, el genocidio, la usurpación.
La ciudadanía chilena debe hacerse la interrogante legítima de hasta dónde llega el compromiso político, diplomático y militar operacional, adoptado secretamente por el gobierno chileno.
La pregunta esencial es ¿cuánto está dispuesto a ofrecer La Moneda, en relación al inevitable costo económico y humano, cuántas vidas de efectivos chilenos está dispuesto a sacrificar en esta demencial y ajena aventura bélica, y por cuánto tiempo aportara tropas para las fuerzas de ocupación y si se contempla la participación en una guerra civil que según los planes de Estados Unidos aparece como probable.
Hernán Felipe Errázuriz, ex canciller de la dictadura de Pinochet ( 1988-1990) y ex embajador de la dictadura en Estados Unidos ) 1984-1988), advirtió este sábado 16 de febrero, en artículo editorial en El Mercurio que “Nicolás Maduro mantiene el control territorial y administrativo; sus generales lo respaldan; tiene a su favor una parte de su pueblo; el poder del Presidente encargado, Juan Guaidó, es más bien simbólico; China, Rusia, Irán y Cuba apoyan a Maduro ,y Naciones Unidas opta por eludir esta tragedia”, y agrega a reglón seguido, que “La solución de la crisis venezolana depende de los venezolanos, y la intervención militar extranjera usando la fuerza debe ser descartada por contraproducente. Sin embargo, las fuerzas armadas venezolanas son decisivas para iniciar el proceso de transición”.
Las correspondientes Comisiones de Defensa y Relaciones Exteriores del Parlamento, los partidos políticos, la ciudadanía deberían demandar explicaciones ahora y no esperar que sea la justicia histórica la que haga el balance correspondiente, después del sacrificio de efectivos chilenos en una aventura descabellada.
Porque se ha de suponer, que el Gobierno legítimo de Venezuela, sus fuerzas militares y de seguridad, su pueblo, cumplirá su deber nacional de defenderse, porque el Derecho Internacional reconoce como legítimo ese derecho de resistencia a un ataque exterior, a una invasión.
Integrar una fuerza mercenaria de intervención, como corolario de la campaña de deslegitimación abrumadora no es algo que pueda ser aceptado impunemente.
La situación inmediata viene a ser la culminación de un escenario conspirativo, golpista, largamente preparado por Estados Unidos, y que a confesión de Donald Trump, siempre tuvo el componente militar (Golpe de Estado interno, o invasión con fuerzas propias o de gobiernos subordinados de la región) para imponer su estrategia gendarme en lo que considera espacio de sus intereses estratégicos de dominio global.
“Todas las opciones” están contempladas, ha dicho Trump, para regocijo de la ultraderecha republicana estadounidense, y gobernantes y políticos cómplices de la región, mientras los medios informativos despliegan la ofensiva comunicacional que ambientan los afanes bèlicos.
Se diría que en Venezuela, Estados Unidos está ensayando un nuevo modelo de su clásico intervencionismo, que luego podría ser aplicado en otros puntos de nuestra geografía o del mundo, como parte de su estrategia de dominio global.
¿Cuál sería el próximo objetivo de esta “intervención humanitaria”?. La interrogante no es gratuita ni banal.
Las organizaciones de ex cubanos en Estados Unidos, y el ala mas reaccionaria del Partido Republicano de Estados Unidos y los servicios secretos de Estados Unidos, están tras el complot en Venezuela, en combinación estrecha con elementos del círculo más estrecho de Juan Guaidó.
El Mercurio de este domingo 17 de febrero lo confirma al señalar textualmente en su diario “parte de guerra” sobre Venezuela que el “presidente encargado” consulta diariamente con Carlos Vechio, exiliado en Estados Unidos, y designado como ”encargado de Negocios” en Washington: “Vechio es cercano al senador republicano Marco Rubio ( de origen cubano y furibundo enemigo del gobierno de la isla, Nota de la Redacción), y a los asesores directos del presidente Donald Trump para América Latina; primero, el ex agente de la CIA Juan Cruz y desde diciembre pasado, el abogado de origen cubano, Mauricio Claver-Carone. El encargado de negocios organizó el jueves (14 de febrero, N.de la Red.) la conferencia de donantes que permitió recaudar US$ 100 millones para Venezuela”.
La Moneda, como se ve, ha respondido con diligencia, docilidad y desvergüenza a la estrategia agresora de la Casa Blanca que representa un paso más en la histeria antidemocrática y belicista de Estados Unidos, que respecto de un nuevo país soberano de America Latina, ha llegado a un punto de no retorno.
El canciller chileno, Roberto Ampuero, el propio presidente Piñera han ido desarrollando o participando con entusiasmo, en la guerra sicológica, y un abrumador “ablandamiento” de la opinión pùblica a través de los medios de comunicación haciendo propios los argumentos de la propaganda y montajes que precede a la invasión y a la acción bélica concreta.
Los discursos oficialistas chilenos, donde imperan los argumentos manidos de la “Guerra Frìa”, a los que se han plegado desafortunadamente voces que se suponen son del campo de la centroizquierda democrática- están plagados de descalificaciones, caricaturas, satanizaciones, prejuicios, mentiras flagrantes, pero sobre todo de odiosidad primitiva, se hacen cómplices de un baño de sangre que aparece como inevitable.
La situación en Venezuela, en estos días decisivos, es de una tensión indesmentible. Las fuerzas opositoras están hace rato sobrepasando de la acción política parlamentaria o las reglas de la democracia, y han adoptado como estrategia y táctica, la insurgencia, la sedición, al desconocimiento de la institucionalidad democrática, y conspiran abiertamente intentando el Golpe de Estado, y debilitar la cohesión y la lealtad militar.
Este sábado 23 intentarán – con el marco de una ofensiva informativa internacional desplegada- llegar al límite de la tensión, provocando el enfrentamiento.
El gobierno constitucional de Venezuela, deberá ejercer Su derecho y deber de la defensa de la soberanía del país, de sus fronteras, y resistir la invasión, al mismo tiempo que mantener hasta el máximo, la cordura en el ejercicio de su autoridad y defender la voluntad ciudadana que lo eligió en el cargo, y mostrar al mundo el apoyo de los ciudadanos que lo eligieron en un ejercicio democrático indesmentible.
El otro camino posible – y deseable- es el diálogo, la negociación, los métodos políticos de resolver el conflicto, la mediación internacional, el deseo sincero de poner en primer lugar el porvenir de la nación y de su pueblo, pero eso no se podrá desarrollar si se desconoce la Constitución y la institucionalidad democrática y se demoniza al contrario.
Y cuando se trata de un país, de una confrontación tan aguda en lo político, lo social, lo económico y en la seguridad y el orden, ello vale para todos los protagonistas, que este drama presente puede terminar en tragedia histórica.
Aquí es donde deben colaborar con los venezolanos, los países, líderes políticos y organizaciones internacionales y no llevando mas combustible al fuego.
Por Marcel Garcés Muñoz
Periodista
Director de Crónica Digital
Santiago de Chile, 18 de febrero 2019
Crónica Digital
QUEDARÁS EN RIDICULO MARCELITO, como lo han heho todos los comunistas desfasados por la Historia. No saben más que de amenazas, ataques, intervenciones, conspiraciones. Hoy se os llama CONSPIRANOICOS. Ocultas desacaradamente que la Crísis de Venezuela fue causada por los sueños socialistas a contrapelo con la opinión de LAS MAYORIAS. Que la hambruna la causa la obsecación del ignorante y analfabeta busero ungido «presidente» por el dictador Chávez y sostenido gracias a mandar a prisión bajo mil pretextos a todos los demás candidatos opositores. El BOMBARDEO de Venezuela es ya en forma de alimentos y medicinas. Aplaudo al Presidente Piñera que irá hoy a Cúcuta, a pesar de las amenazas del tirano Maduro y sus francotiradores uniformados por EL IMPERIALISMO RUSO. ¿No tienes verguenza Marcel Garcés?
De los resultados desoladores de los «muchos» bloqueos «yanqui-facistas» , nuevo método de ahorcamiento de pueblos enteros , para «robarles» gratis sus riquezas naturales , ya hemos leído toneladas y sin embargo sigue siendo un método usado por los neoliberales que quieren todo el mundo en sus bolsillos y son aplaudidos por los «fachos pobres» que en su ignorancia se suman a los PARANOICOS y BOMBARDEANTES de artículos de primera necesidad que se dicen «vencidos» y en mal estado ,aunque pensando en militares ajenos y «bombas» no vencidas para avasallar y destruír a ese «otro» que tanto odian tantos de nuestros con-ciudadanos que pretender ser sensatos.
¿Qué estas fumando o inyectándote? !Dejalo, que te pone en cerebro hecho un lío!