La declaración del ministerio ruso de Asuntos Exteriores se refiere a tres explosiones registradas ayer en la ciudad de Donetsk, hecho que considera está dirigido a intimidar a la población de la región rebelde.
Además, afirma el documento, las detonaciones, dos de ellas cerca de un hotel donde residen miembros de la Misión de Monitoreo de la OSCE, son parte de la campaña electoral de Piotr Poroshenko, de cara a los comicios del 31 de marzo próximo.
De acuerdo con testigos, existe mucha semejanza entre los estallidos en Donetsk y el atentado perpetrado en agosto último contra el líder de la rebelde república de Donetsk, Alexander Zajarchenko, en una cafería de la referida ciudad.
Al parecer, Kiev, intenta descongelar un conflicto a gran escala en Donbass y para ello busca intimidar a su población.
La Cancillería rusa considera que mediante los explosiones, Kiev intenta, además, desviar la atención de los electores de los problemas de la economía, la esfera social y del empobrecimiento masivo, así como de la fuga de la población laboralmente activa.
El gobierno ucraniano también intenta con ello hacer que sus votantes olviden el proceso de represión desplegado por Kiev contra la canónica Iglesia Ortodoxa Ucraniana, subordinada al patriarcado de Moscú y todas las Rusias, señala la nota oficial.
Kiev intenta con esos ataques dinamiteros involucrar en su juego a entidades como la OSCE, al realizar acciones que pueden afectar a la misión de observadores de ese órgano, consideró el politólogo Oleg Ignatov, citado por la prensa local.
Moscú, 19 de febrero 2019
Crónica Digital /PL