De acuerdo con Igor Baliukin, autor principal del estudio, la Luna orbita por dentro de la atmósfera terrestre. No éramos conscientes de ello hasta que recuperamos las observaciones realizadas hace más de dos décadas por SOHO, afirma el astrónomo.
Explica además que en la región donde la atmósfera se funde en el espacio exterior, hay una nube de átomos de hidrógeno denominada geocorona. Uno de los instrumentos del satélite SWAN utilizó sus sensores para seguir la firma de hidrógeno y detectar con precisión hasta dónde llegaba el límite de la geocorona.
Según los expertos, estas observaciones solo se podían realizar en determinados momentos del año, cuando la Tierra y su geocorona quedaban a la vista del instrumento. En los planetas con hidrógeno en sus exosferas, a menudo se ve vapor de agua cerca de la superficie, lo que sucede en la Tierra, Marte y Venus.
El primer telescopio en la Luna, desplegado en 1972 por los astronautas de la misión Apolo 16, capturó una evocadora imagen de la Tierra envuelta en la geocorona, brillante a la luz ultravioleta, pero en aquel momento los astronautas sobre la superficie lunar no sabían que estaban inmersos en las capas más externas de la geocorona, refiere Jean-Loup, antiguo investigador principal de SWAN.
El nuevo estudio revela ahora que la luz solar comprime los átomos de hidrógeno en la geocorona de la cara diurna de la Tierra, a la vez que produce una región más densa en la cara nocturna.
La región diurna del hidrógeno de mayor densidad sigue siendo bastante escasa, con tan solo 70 átomos por centímetro cúbico a 60 mil kilómetros de la superficie terrestre y unos 0,2 átomos a la distancia de la Luna, precisan los especialistas.
Washington, 21 febrero 2019
Crónica Digital/PL