La posibilidad de que el Reino Unido extienda su salida de la Unión Europea (UE) más allá del 29 de marzo parece cobrar hoy más fuerza, luego de las recientes declaraciones de la Primera Ministra Theresa May.
La víspera, la jefa del gobierno británico anunció en el balneario egipcio de Sharm el-Sheikh, donde asiste a una cumbre entre la UE y la Liga Árabe, que su nueva propuesta sobre el Brexit, como se le conoce al divorcio entre Londres y Bruselas, no será presentada a la Cámara de los Comunes hasta el 12 de marzo.
No habrá votación esta semana, toda vez que continuamos con las negociaciones con la UE, declaró May.
Según analistas, el anuncio de la Primera Ministra incrementa la posibilidad de que la mayoría de los parlamentarios, entre ellos más de un centenar de conservadores, vote a favor de prorrogar la controvertida salida.
De hecho, está previsto que la Cámara de los Comunes debata este miércoles una propuesta de la diputada laborista Ivette Cooper a favor de extender la fecha de salida más allá del 29 de marzo, en caso de que no se logre ningún acuerdo.
Cooper, quien tiene el apoyo del conservador Oliver Letwin, dijo que esta será la verdadera votación sobre el Brexit.
La primera ministra no está actuando de forma responsable, ni en interés de la nación, pero los parlamentarios si tenemos que hacerlo, aseveró.
Algunos miembros del gobierno, entre ellos el secretario del Interior, Amber Rudd, el secretario de Negocios, Greg Clark, y el de Justicia, David Gauke, ya anunciaron que apoyarán la propuesta de Cooper, en caso de que May no logre un acuerdo convincente con la parte europea.
Los conservadores Simon Hart y Andrew Percy, por su parte, abogan por aplazar el Brexit hasta el 23 de mayo próximo, en caso de que el Parlamento rechace la propuesta del gobierno dentro de dos semanas.
Según Hart, esta enmienda ofrecería una salida elegante a aquellos diputados conservadores proclives a apoyar a Cooper, cuyo número, de acuerdo con reportes de la prensa local, podrían llegar a un centenar.
Tampoco se descarta que una nueva derrota de May en la Cámara de los Comunes en sus intentos de abandonar la UE el 29 de marzo, con o sin acuerdo, desate una avalancha de renuncias dentro del gabinete de gobierno.
El pacto actual para el Brexit plantea el establecimiento de un period de transición hasta el 31 de diciembre de 2020, y la permanencia del Reino Unido en un territorio aduanero único con la UE hasta que las partes firmen un tratado comercial definitivo.
Londres y Bruselas también acordaron que no se establecerá una frontera física entre Irlanda del Norte y la República de Irlanda, y para garantizar su cumplimiento, en el documento se incluyó una cláusula de salvaguarda conocida en inglés como backstop.
Esa cláusula fue incluida a solicitud de Dublin para garantizar que la provincia británica de Irlanda del Norte se mantenga dentro del Mercado Único europeo y la Unión Aduanera, y así evitar el establecimiento de una frontera dura entre ambos territorios.
Para los partidarios del Brexit, sin embargo, esa medida representa una amenaza a la integridad constitucional del Reino Unido, el cual no podrá renunciar unilateralmente a ella, sino que tendrá que esperar a que una comisión conjunta decida su levantamiento.
El backstop entraría en vigor una vez que concluya el periodo de transición acordado para la salida del Reino Unido de la UE.
La posibilidad de una salida sin acuerdo también mantiene en ascuas a los británicos,
debido a las posibles consecuencias que ese paso pudiera traer para la economía local.
Un Brexit sin acuerdo, advierten los analistas, provocaría escasez de medicinas y alimentos en el país, desempleo, inflación, el desplome de la libra esterlina, y una reducción del 10 por ciento del Producto Interno Bruto, además de retrasos monumentales en puertos y aeropuertos, debido a la imposición de medidas aduanales y migratorias.
May, quien dice estar decidida a hacer valer el resultado del referendo de 2016 (51.8 por ciento a favor de la salida del bloque europeo, por un 48.1 por ciento que deseaba quedarse en la UE), considera, sin embargo, que una prórroga no resolverá la crisis,
Ahora se habla de prorrogar el Artículo 50, como si en realidad esa fuera la solución, pero por supuesto que no es así, eso solo demora el momento de la toma de la decisión, sentenció la jefa de gobierno.
En su opinión, llegará el momento en que habrá que tomar una decisión sobre si se acepta el acuerdo que hemos negociado o no, y esa, remarcó, será la decisión que tendrán que tomar cada uno de los miembros del Parlamento.
Londres, 25 de febrero 2019
Crónica Digital /PL