Esta sombra, causada por la inclinación gravitacional y la captura de luz por el horizonte de sucesos, revela mucho sobre la naturaleza de estos objetos fascinantes y nos permitió medir la enorme masa del agujero ubicado en la galaxia M87, añadió el también investigador de la Universidad de Radboud, Países Bajos.
Este AN tiene siete mil millones de veces más masa que el Sol y expulsa un jet o chorro de radiación de cinco mil años luz de largo.
Múltiples métodos de calibración e imagen han revelado una estructura en forma de anillo con una región central oscura, la sombra del orificio oscurecido, que persistió durante múltiples observaciones independientes de EHT (Event Horizon Telescope), consideraron los científicos procedentes de 18 países.
Muchas de las características de la fotografía observada coinciden con nuestra comprensión teórica sorprendentemente bien, comentó Paul Ho, miembro de la Junta de EHT.
Esto nos hace confiar en la interpretación de nuestras indagaciones, incluida nuestra estimación de la masa del agujero negro, agregó el también director del East Asian Observatory.
Los agujeros negros se han hecho reales, ya no son solo garabatos en las pizarras de los teóricos, sino que realmente están ahí afuera en la noche, el miembro del equipo Avery Broderick, de la Universidad de Waterloo (Canadá).
Este hecho marca el comienzo de una nueva era en la astronomía, en la investigación de la gravedad, expresó en declaraciones a la cadena canadiense CBC.
Ámsterdam, 11 abril 2019
Crónica Digital /PL