El día viernes 12 de abril a las 10:00 horas en el Centro de Arte Contemporáneo Wifredo Lam se llevó a cabo la inauguración de la Bienal de La Habana: “La construcción de lo posible”. En este sentido Cuba reafirma su compromiso con la más importante cita de las artes plásticas organizada por la Isla –en un contexto de recrudecimiento del bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos– con la creación experimental y la búsqueda de nuevos lenguajes capaces de transmitir las ansiedades y metas de nuestra época.
El propio Centro de Arte Wifredo Lam deviene espacio demostrativo de cómo la Bienal es fiel a su lema: La construcción de lo posible. Desde el “Tejido Colectivo, Donde Hubo Fuego”, que propone la artista multidisciplinaria salvadoreña Alexia Miranda, presentada en el patio central de la institución, hasta las peculiares texturas, de raigambre identitaria, del maliense Abdoulaye Konaté; desde la videoinstalación del chileno Camilo Yáñez sobre el ciclo de la vida y la muerte de la materia, hasta el rejuego conceptual, “Evidencia”, con los volúmenes del uruguayo Fernando Foglino; desde la serie Arqueología del Color, basada en fotografía estratigráfica de obras de arte universal, ejecutada en técnica mixta en sorprendente giro monumental de David Beltrán, hasta la envolvente instalación Blanco, diseñada como espacio de reflexión, meditación y limpieza, para que el público se involucre, ejecutada a gran escala por Tamara Campo, representantes ambos del mejor arte cubano.
Entre los presentes se hallaban artistas estadounidenses invitados a participar en la iniciativa Ríos intermitentes, que se hará efectiva en Matanzas bajo la curaduría de María Magdalena Campos. Se trata de creadores que apuestan por el diálogo cultural como vía de mutuo reconocimiento entre los pueblos.
Desde esta primera jornada en los diversos espacios expositivos se aprecia tanto la filiación tercermundista e inclusiva de la Bienal, como la vocación por hacer de cada acción una plataforma de reflexión propia.
En este contexto el poeta, narrador y artista visual Uruguayo, Fernando Foglino, nos habló de su obra “Evidencia”, que tiene estrecha relación con las dictaduras de América Latina, Chile, la Unidad Popular y la creación del “Museo de la Solidaridad Salvador Allende”.
Florencia: Gracias por concedernos la entrevista, por favor, háblanos un poco de tu obra.
Fernando: “Evidencia” se compone de 11 piezas que son partes de monumentos públicos que han sido extraídos en diferentes años. A partir de estos robos construyo una historia ficcionada que pone la responsabilidad en una sola persona, una especie de coleccionista que tiene todas estas partes de monumentos que lejos del vandalismo y la cosa de vender el bronce, los tiene porque cada pieza es un símbolo que refiere a la historia y que trae un montón de temáticas muy importantes para los pueblos latinoamericanos.
La exposición está enmarcada en cuatro temas que son la colonización, los pueblos originarios, patriarcado y dictadura. Dictadura es una de las piezas más importantes que es “La niña de la paloma”, una escultura a tamaño real, todas son a tamaño real, la escultura es así de este tamaño porque representa a una niña de seis años, y ha pasado por muchas instancias muy importantes en la historia.
Armando González, escultor uruguayo realiza esta escultura en el año 1951 y gana un premio nacional en Uruguay. Se inspira en la llegada de Fidel Castro a La Habana y ese primer discurso de Fidel en el que unas palomas se le posan en el hombro, un discurso de 15 minutos en el que Fidel nombró la palabra paz unas 30 veces al menos y este escultor ve eso y le manda de obsequio a Fidel Castro una copia de “La niña de la paloma”.
La segunda copia que se hace es muy importante porque se dona a Chile cuando Salvador Allende funda el “Museo de la Solidaridad”, e invita al mundo a donar obras que tuvieran simpatía con el socialismo chileno. El Museo se convierte rápidamente en el acervo más importante de América Latina con más de 3.000 obras, de todo el mundo donan piezas valiosísimas. Uruguay manda la “La niña de la Paloma” en bronce, es una pieza que se ha vuelto muy importante para contar esta parte de la historia. Cuando atacan a La Moneda y viene el golpe de estado encabezado por Pinochet se roban todas las obras del Museo. Con el retorno de la Democracia en Chile creo que se ha conseguido recuperar más del 80% de las obras, “La niña de la Paloma” nunca apareció.
En una entrevista que hizo la televisión francesa con el objetivo de ir a la intimidad de los generales de la “Junta Militar”, entrevistan al General Merino que decide salir en la entrevista a su lado con la escultura de “La niña de la Paloma”.
El entrevistador francés le pregunta si se identifica más con Pablo Picasso o con Francisco Franco, el General Merino responde: “¡Ah! ¡Qué difícil la pregunta!”, elogia a Franco, habla un poco de Picasso y después el periodista le pregunta: “¿Y esa escultura que tiene al lado?” Y Merino responde: “Esta escultura es una de mis hijas, sin parecerse en nada a ellas, simboliza a mis hijas que son tres” y el periodista le pregunta: “¿Y la paloma?”, y Merino responde: “Es la paz y la inocencia”.
Es una entrevista con una ironía muy fuerte porque además Corita Balbi, quién posó para este retrato cuando tenía 6 años, luego se convirtió en un personaje muy importante en Uruguay porque su hermano fue uno de los primeros desaparecidos. En Chile nunca más apareció esta escultura, ahora hay una denuncia a la Policía de Investigaciones de Chile (PDI) y se sigue buscando a “La niña de la Paloma”.
Florencia: Como todavía se siguen buscando a los detenidos desaparecidos en Chile. ¿O sea que la última vez que se vio a “La niña de la paloma” fue con el General Merino?
Fernando: Exactamente, la última que se le vio fue al lado de Merino, pero la cosa se pone todavía más curiosa, por eso yo hablo de que son trofeos de guerra. En Uruguay se instaló una réplica en el parque “Rodo”, un parque infantil y en el año 1987 desapareció de la vía pública, la robaron entera, entonces cuando el gobierno frenteamplista en el Uruguay con la intendencia de Ricardo Ehrlich, que tenía como Director de Cultura a uno de los presos políticos más nombrados, Mauricio Rosencof, deciden volver a fundirla en bronce y volver a instalarla en la vía pública que es un símbolo realmente, y es un símbolo que se vuelve a instalar en 2018 la vuelven a robar por tercera vez.
Esta que tenemos acá es una copia hecha en impresión 3D que simula oro y está hecha a partir de la única que queda que se encuentra en el Museo de la Memoria de Uruguay. Es una pieza que evidentemente tiene algo especial por algo se la han robado, lo interesante es que es una pieza que no solo refiere a Uruguay si no que ha cruzado fronteras tenemos el caso de Chile
Florencia: ¿Es una pieza que representa a Latinoamérica y todo lo que se vivió en la época de las dictaduras?
Fernando: Exactamente, está muy relacionado con las dictaduras, muy relacionado con el símbolo de la paloma de la paz y que tanto aparece en los discursos políticos.
Florencia: ¿Podríamos decir que “La niña de la paloma” es una pieza que se transforma en un símbolo Universal?
Fernando: Exacto, totalmente. Así que por eso pienso que es una de las piezas más importantes de mi exposición, también hay piezas de indígenas, una lanza de los indígenas charrúas, una lanza criolla de Ansina un soldado negro que peleó junto a José Artigas, luego para hablar de patriarcado utilizo esta mano que sostiene una vasija de la diosa de la juventud encargada de servir los néctares en la mesa de los dioses. Cuenta la mitología que ella tropezó y la carcajada de los dioses aún resuena en el Olimpo, todos se burlaron y finalmente ella se exilió.
Florencia: ¿Qué ha significado para ti participar de la “XIII Bienal de La Habana”?
Fernando: Maravilloso, primero la sorpresa de cómo se enteraron de las cosas que yo hacía y luego la invitación que era algo que no esperaba y me honra mucho. Es una Bienal muy interesante por las temáticas que aborda en lo curatorial, como artista latinoamericano es uno de los lugares más importantes para exponer, estoy muy contento.
Desde su creación en 1983, el Centro de Arte Contemporáneo de Cuba Wifredo Lam ha tenido como su labor cardinal la celebración de la Bienal de La Habana, espacio de confrontación y reflexión de singular importancia en el escenario artístico internacional, cuyo propósito esencial es contribuir a la investigación, difusión y reconocimiento de las artes plásticas de América Latina y el Caribe, Asia, África y Medio Oriente. En esta ocasión la “XIII Bienal de La Habana” tendrá lugar entre los días 12 de abril y 12 de mayo de 2019.
Por Florencia Lagos Neumann, Corresponsal de Prensa de Crónica Digital.
La Habana, 17 de abril de 2019.
Crónica Digital