El golpe se frustró. Fue una operación militar fracasada. El llamado al levantamiento no tuvo efecto. Solo un pequeño número de efectivos de la guardia nacional de menor rango, participaron en una confusa maniobra. Se trató de una acción mediática basada en invenciones. El intento de asalto a la base aérea La Carlota, sufrió un revés indiscutible. La intención del autoproclamado Juan Guaidó, de quebrar al Ejército y el orden institucional, no obtiene ningún resultado.
El rostro del asedio…
Desde el 23 de enero, Juan Guaidó y un sector de la oposición venezolana, asesorada y financiada desde El Pentágono, asume una arriesgada y peligrosa estrategia, quebrar de cualquier forma y modo, la institucionalidad vigente en Venezuela, incluyendo para su fin, el llamado a la invasión foránea. La errática maniobra llevada a cabo en Cúcuta, el 23 de febrero. El reconocimiento relativo por parte de la comunidad internacional, del líder de la oposición. Lo que no implica menospreciar el apoyo de La Casa Blanca y la venia de los gobiernos conservadores de Latinoamérica. No obstante, la incapacidad de ejercer en concreto “su mandato” genera un desgaste de su imagen al interior del país -y en el exterior- de no ser por el apoyo y acción de EE.UU., su figura pasaría por la parrilla mediática global, sin pena ni gloria.
De ahí entonces, la urgencia de instalarse nuevamente en los medios globales. La llamada “operación libertad” proyectada en la madrugada del 30 de abril, se enmarca dentro del libreto del asedio liderado desde Washington.
Con ello parece inaugurarse, un conjunto de acciones psicológico-militares a diversa escala, pero sostenidas en el tiempo, cuyo objetivo es degradar la moral de los adversarios, obligarlos a postergar sus tareas, porque necesitan desgastarse en otros asuntos, instalados como prioritarios.
Ahora si se piensa en las expectativas de los opositores, es innegable el fiasco. La base aérea La Carlota, nunca estuvo tomada. Aunque fuera repetido cientos y miles de veces por la prensa global, incluyendo los canales nacionales, montados en el éxtasis de la gran orquesta de la desinformación.
Lo concreto, fue la incapacidad de los antagonistas al gobierno de plasmar sus objetivos. De hecho, la noche del 30 de abril culmina con Leopoldo López, divagando entre la embajada de Chile, para luego instalarse en la de España, según se dijo, por su doble nacionalidad y porque el padre del reo fugado (López), es candidato del Partido Popular al Euro parlamento.
Un conflicto global
Desde El Pentágono se buscó una salida honorable, intentando en la derrota sacar algún provecho.
“Mike Pompeo afirmó este martes que Nicolás Maduro se estaba preparando para salir de Venezuela pero los rusos lo disuadieron” (CNN, declaración del Secretario de Estado Mike Pompeo, 30 de abril, 2019)
Para agregar dramatismo a su declaración, Pompeo recalcó…
“Tenía un avión en la pista, estaba listo para partir esta mañana, así lo entendemos, y los rusos le indicaron que debía quedarse”.
La respuesta Rusa, se conoció a través de la portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, María Zajárova.
«Washington está haciendo todo lo posible por desmoralizar al Ejército venezolano y ahora usó falsedades [sobre los supuestos preparativos para huir de Maduro] como parte de la guerra de información«. (CNN, 30 de abril 2019)
Desde Sudamérica, las derechas confabuladas en el llamado Grupo de Lima, inician su declaración el día 3 de mayo, en un tono de barra brava:
“1) Reafirman su pleno respaldo a las acciones emprendidas durante los últimos días por el pueblo venezolano bajo el liderazgo del Presidente Encargado Juan Guaidó para restablecer el Estado de derecho en la República Bolivariana de Venezuela, de manera pacífica y en respeto al orden constitucional, y lo alientan a perseverar en este esfuerzo.” (Declaración Grupo de Lima CNN, 3 de mayo 2019)
Los países firmantes -y en un total contrasentido, por medio de una aberración jurídica: “Venezuela”. Sí, está leyendo bien, el señor autoproclamado (Guaidó), sin siquiera sonrojarse se apadrina a sí mismo, en su intento sedicioso.
Me detengo en algunos elementos del primer párrafo: “pleno respaldo” a las acciones del pueblo que sigue al auto-instalado. O sea, el pueblo que acompañó al presidente en ejercicio Nicolás Maduro en las calles, tiene el total rechazo de las derechas, para ellos su presencia no tiene ningún valor, se encuentran en la línea del NO SER, porque los que existen y son reconocidos como ciudadanos, con todas las virtudes democráticas, se reúnen en La Plaza Altamira.
El apoyo sin reservas del grupo de Lima, no hace sino entusiasmar al autoproclamado, quien a consulta del Washington post, sobre qué haría en caso de que John Bolton, asesor de seguridad nacional, le ofreciera una intervención en su país, declara lo siguiente:
“Querido amigo, John Bolton, gracias por toda la ayuda que ha brindado a esta causa. Gracias por la opción, la evaluaremos y probablemente la consideraremos en el Parlamento para resolver esta crisis. Si es necesario, tal vez lo aprobemos” (El Tiempo, 4 de mayo 2019)
El 6 de mayo en Finlandia, se encontraron el Canciller ruso Serguéi Lavrov y el Secretario de Estado Mike Pompeo, allí cada uno expuso sus posiciones sobre la situación venezolana, llamó sin embargo la atención, la severidad de Lavrov:
«Estamos categóricamente en contra de una intervención militar. El uso de la fuerza solo puede ser autorizado por el Consejo de Seguridad de la ONU o utilizado en respuesta a una agresión contra un Estado soberano. En Venezuela no se observa nada parecido a esto«. (RTVE.es)
En la misma línea Lavrov indicó que una intervención militar sería «catastrófica e injustificada».
En tanto Pompeo, insistió en la tesis de la salida de militares extranjeros del territorio venezolano, sosteniendo además, la intervención militar como una posibilidad real.
Las cartas sobre la mesa
El sistema-mundo pos-consenso de Washington, se puede entender como una triada compuesta por: Rusia, EE.UU. y China. Con un elemento adicional, China y Rusia deambulan por una senda común de acuerdos económicos, militares y tecnológicos. En el nuevo escenario geopolítico, los dañados son el gigante del norte y la vieja Europa.
El nuevo contexto internacional que se encuentra en ciernes, obliga a EE.UU a resucitar la doctrina Monroe: “América para los americanos”. El giro estratégico va acompañado de acciones públicas notorias. Salir de acuerdos internacionales como el de París, romper el pacto con Irán, el convenio de misiles con Rusia. Reprimir e impedir a La Corte Penal Internacional, su investigación sobre crímenes de lesa humanidad cometidos por soldados norteamericanos en Afganistán. Dentro de esa concepción estratégica, Venezuela para EE.UU es una necesidad. América Latina precisa ser sometida a una nueva fase de colonización, para ello los discursos y acciones neofascistas, parecieran ser la receta acordada: Bolsonaro y Duque son su brazo armado.
Sin embargo y para preocupación de la oleada de ultraderecha, en la tierra de Bolívar habitan dos integrantes de la triada antes descrita.
Lo dicho no resta valor ni disminuye los problemas internos, los errores de gobernantes y oposición, porque es la cotidianidad de un pueblo la que se ve afectada, ese pueblo tiene derecho a vivir en paz y a escribir su propia historia.
Dulce patria…
En Chile, la situación venezolana ha sido tratada con una unilateralidad que espanta, las imágenes del 30 de abril quedarán en la memoria, como una de las estafas comunicacionales más bochornosas a las que un país ha sido sometido. Comparable solo a la tristemente célebre portada de La Segunda del 24 de julio de 1975: EXTERMINADOS COMO RATAS.
Volverán los reportajes sobre Venezuela, mientras el costo de la luz subirá de manera impúdica, lo harán otra vez… sin dedicar un segundo al impacto del bloqueo comercial al que está sometido ese país. Mientras en Chile, las empresas cierran sus puertas. En tanto, la guerra comercial entre china y EE.UU., hace llorar a nuestros gobernantes. Recuerdan cuando el discurso de la derecha, era que no importaba lo que ocurría a nivel internacional, porque bastaba con la eficacia de los economistas neoliberales. Nos quejamos por la guerra comercial… pero el inefable Ampuero, no dice una palabra sobre el bloqueo económico al que someten a la República Bolivariana de Venezuela.
La gran contradicción que asoma allende Los Andes, es la pugna entre quienes están dispuestos a construir estados libres y soberanos y aquellos que viven en la comodidad autista de los colonizados, de espalda a su cultura, su lenguaje y las necesidades de su gente.
Por Omar Cid
Escritor
Crónica Digital
Santiago de Chile, 8 de mayo 2019