De acuerdo con el mandatario, la República Popular Democrática de Corea (RPDC) ‘se niega a tomar más medidas contra el desarme’; sin embargo, Pyongyang ha criticado en varias ocasiones esa actitud ambigua que se muestra a favor de impulsar las negociaciones sin levantar las sanciones unilaterales.
Para estas naciones aliadas, los pasos dados desde 2018 por el país liderado por Kim Jong-un hacia la desnuclearización -como el desmantelamiento del sitio de pruebas de Punggye-ri- son insuficientes y, por tanto, mantendrán la presión económica ‘hasta que haya un progreso significativo’.
Shanahan, por su parte, manifestó que tanto el Gobierno de su país como el de Corea del Sur contribuyen a la creación de un ‘espacio diplomático’ necesario para una resolución pacífica del asunto de la península coreana, aunque a inicios de marzo estas naciones aliadas ejercicios militares conjuntos de pequeña escala.
La RPDC ha alertado que las maniobras militares no ayudan a crear distensión, todo lo contrario, constituyen una amenaza para la paz en la región.
El presidente surcoreano planteó al jefe interino del Pentágono la importancia de realizar las reuniones de familias coreanas separadas y la provisión de ayuda alimentaria, acciones que serán coordinadas con la Casa Blanca.
La víspera, los ministros de Defensa de Corea del Sur, Estados Unidos y Japón realizaron una reunión en Singapur al margen de los Diálogos Shangri-Lá, en la cujal prometieron trabajar para reactivar el diálogo con Pyongyang, estancado luego de terminar sin acuerdos la segunda cumbre entre el presidente estadounidense y el líder de la RPDC.
Aunque Washington y sus aliados consideran que el diálogo debe ser inmediato, todos mantienen las sanciones económicas como forma de presionar a la nación norcoreana.
Seúl, 3 junio 2019
Crónica Digital /PL