Ligeros cambios de ministros que al parecer no convencieron a casi nadie, en medio de una fuerte baja de la popularidad del Presidente Sebastián Piñera y su gabinete, caracterizaron en Chile la semana que concluye.
Precedido por crecientes rumores en los últimos días y en medio de una compleja situación económica y social, el jueves Piñera realizó el segundo cambio de gabinete desde el inicio del actual mandato en marzo de 2018, que implicó a seis carteras aunque en cuatro se trató de movimientos entre sus propios ministros.
Así, Roberto Ampuero, con un gris desempeño, fue remplazado en Relaciones Exteriores por el ex Ministro de Justicia Teodoro Rivera, y el titular de Economía, José Ramón Valente, dejó su silla a Juan Andrés Fontaine, quien ocupaba la de Obras Públicas.
El Ministro de Desarrollo Social, Alfredo Moreno, responsable de la rechazada Consulta Indígena, fue remplazado por el actual titular de la Corporación de Fomento, Sebastián Sichel, mientras que Moreno pasó a la cartera de Obras Públicas.
Al Ministerio de Salud le dijo adiós Emilio Santelices, y retorno el titular de esa cartera durante el primer mandato de Piñera, Jaime Mañalich, y Juan Carlos Jobet, Ministro de Trabajo en esa etapa, ocupa ahora el Ministerio de Energía, en sustitución de Susana Jiménez.
Para sorpresa general, otros titulares muy criticados permanecieron en sus puestos, como la Ministra de Educación, Marcela Cubillos, y el del Interior, Andrés Chadwick, a quien amplios sectores del país han pedido la renuncia, pero sigue literalmente inamovible.
Tales movimientos han sido vistos con reservas desde todo el espectro político pues analistas consideran que resultan solo cosméticos y aunque al parecer el mandatario pretende insuflar un impulso a la decaída economía, en lo político todo continúa igual.
Apenas una hora antes de que Piñera anunciara la movida, la respetada Encuesta Nacional de Opinión Pública, del Centro de Estudios Públicos (CEP), reveló que la mitad de la población de Chile desaprueba la gestión del mandatario.
Ahora solo el 25 por ciento lo aprueba, con lo cual Piñera cayó 12 puntos en su evaluación positiva respecto a una pesquisa anterior publicada en diciembre, y se equipara con los peores momentos de su primer gobierno.
El sondeo fue contundente al señalar además que Piñera no le merece confianza al 66 por ciento de los encuestados y al 76 por ciento le resulta lejano, y aun peor queda el gabinete con 68 por ciento de desaprobación.
Y las cifras pudieran ser peores pues el sondeo se realizó antes del paro docente indefinido que mantiene desde hace dos semanas a casi un millón de alumnos sin clases, por la falta respuestas del gobierno a las demandas de los maestros por mejoras en la educación pública, que han ganado un respaldo cada vez más amplio en la sociedad.
Por Rafael Calcines Armas
Santiago de Chile, 16 de junio 2019
Crónica Digital / Prensa Latina.