Hemos conocido la solicitud de la UDI de que se proceda a revocar la “Declaración de Monumento Nacional en la Categoría de Monumento Histórico, del Conjunto de Bienes Pertenecientes al Desarrollo del Complejo Forestal y Maderero Panguipulli”, luego que la Ministra de las Culturas, Consuelo Valdés, cursó al Decreto Nº 32, fechado en Valparaíso el 7 de junio de 2019. A esta petición se sumó el conjunto de la derecha agrupada en Chile Vamos. La Secretaria de Estado se defendió argumentando que fue una decisión adoptada durante el Gobierno anterior y que debía darle curso, al margen de su rechazo al MIR, que estableció un campamento en el lugar, específicamente en la zona de Neltume.
La Ministra Secretaria General de Gobierno, Cecilia Pérez, defendió lo obrado por Consuelo Valdés, pero al mismo tiempo anunció que “estamos estudiando qué tipo de medidas podemos tomar para presentársela al Consejo de Monumentos Nacionales”.
El proceso para conseguir esta declaratoria se inició, en efecto, en el Gobierno anterior. Y nos sentimos orgullosos de haber contribuido a este propósito. A través de los Decretos Exentos E–385 y E–248 del 9 de septiembre de 2015 y 16 de junio de 2016 otorgamos, con nuestra firma y absoluta convicción, una concesión de uso gratuito por treinta años de un inmueble fiscal en Panguipulli al Centro Cultural Museo y Memoria de Neltume, para destinarlo a “un museo comunitario y desarrollo de actividades culturales que contribuyan a poner en valor, conservar, difundir y transmitir el patrimonio cultural, la historia reciente y la memoria del territorio”. En este esfuerzo fue clave el trabajo de la presidenta del Centro, Angélica Navarrete Jara.
En el Acta de la Sesión Extraordinaria del Consejo de Monumentos Nacionales en la que se adoptó la decisión ahora controvertida por la derecha, se indica que Angélica Navarrete solicitó a través de una carta del 15 de abril de 2016 la declaratoria como Monumento Nacional en la categoría de Monumento Histórico de bienes pertenecientes al desarrollo del Complejo Panguipulli. A continuación se detalla la rigurosa metodología de trabajo que se usó para la preparación del expediente, con un enfoque participativo en tres etapas. Añade que la declaratoria “cuenta con el apoyo del Programa de Derechos Humanos de la Subsecretaría de Derechos Humanos, del Ministerio de Bienes Nacionales y de la Municipalidad de Panguipulli”.
Explica: “La propuesta de declaratoria consiste en un conjunto de sitios, bienes muebles e inmuebles que permiten una lectura de conjunto y de mediana duración del desarrollo de la industria maderera y forestal en la cordillera valdiviana, el proceso de formación de los actores colectivos del lugar, el desarrollo del Complejo Panguipulli, y las situaciones de violencia política asociadas a las violaciones de derechos humanos y la resistencia armada que se desarrolló en el lugar en 1981”. Precisa que la síntesis del trabajo y la investigación que se desarrolló “llegó a la conclusión que situaciones dolorosas y polémicas como las que se han señalado requieren de un abordaje integral, de conjunto y global, como plantea el International Committe of Memorial Museums in Remembrance of the Victims of Public Crimes. Lo anterior permite enmarcar las situaciones de violencia política y de violaciones a los derechos humanos en sus contextos históricos, en este caso en particular en el asentamiento de la industria forestal y maderera en la cordillera Valdiviana”.
De los lugares considerados en la declaratoria, tres eran propiedad fiscal administrada por el Ministerio de Bienes Nacionales. El taller mecánico del complejo industrial; un conjunto de casas de la administración del complejo industrial (uno de los inmuebles es donde funciona el Centro Cultural Museo y Memoria de Neltume); la ex pulpería del complejo donde se abastecían los trabajadores de bienes de primera necesidad y que formaba parte del eje cívico–administrativo del conjunto, y que hoy es ocupado por la Junta de Vecinos de Neltume; y el antiguo retén de Carabineros de Neltume. En la descripción de cada uno de estos lugares, se indicó que “este bien es propiedad fiscal y el Ministerio de Bienes Nacionales está de acuerdo con esta declaración”.
El Centro Cultural Museo y Memoria de Neltume ha emitido una declaración en respuesta a la reacción de la derecha. En primer lugar, dice que la declaratoria “busca la puesta en valor y la preservación de los bienes que formaron parte del desarrollo del Complejo Forestal y Maderero Panguipulli, comprendiendo períodos de gran riqueza cultural y educativa para el presente en torno a la industrialización de la explotación del bosque nativo, así como del gran valor histórico de los procesos sociales y políticos vividos en el territorio durante la Unidad Popular encabezado por Salvador Allende”.
Asimismo, señala que “la declaratoria busca la puesta en valor y protección de dos lugares vinculados a represión política, tortura, homicidio y desaparición forzosa posteriores al golpe de Estado. Uno de ellos es el Sitio de Memoria Reten de Neltume, donde la sociedad civil organizada realiza actos de resistencia en oposición a la Dictadura Cívico Militar la madrugada del 12 de septiembre”. Recuerda que, producto de estos hechos, en el marco de la llegada de “Caravana de la Muerte” a la zona, fueron asesinados Gregorio José Liendo Vera, Rudemir Saavedra Bahamondez, Víctor Rudolph Reyes, Víctor Saavedra Muñoz, Santiago García Morales, Luis Valenzuela Ferrada, Sergio Jaime Bravo Aguilera, Luis Hernán Pezo Jara, Fernando Krauss Iturra, Pedro Purísimo Barría Ordóñez, Enrique del Carmen Guzmán Soto y José René Barrientos Warner. Luego, el lugar “es utilizado como Centro de Tortura para hombres y mujeres de la localidad, dando paso a apremios ilegítimos de todo orden, simulacros de fusilamientos e inmovilización a través del encierro en una casa de perros”.
“Creemos necesaria la visualización y puesta en valor de este espacio por su historia y memoria, contribuyendo a la construcción de una sociedad más justa, haciendo hincapié en la necesidad de protección del lugar, ya que luego de un mes de ser ingresada esta declaratoria en el Consejo de Monumentos Nacionales, fue incendiado, perdiéndose parte de la construcción”, indica.
Respecto al lugar conocido como Campamento 83 del Destacamento Guerrillero Toqui Lautaro del Movimiento de Izquierda Revolucionaria, recuerda que “hoy se encuentra abierto el proceso judicial Neltume 81 (Ministro Álvaro Meza Latorre), donde se desaforó a Rosauro Martínez Labbé sobre crímenes de lesa humanidad por el asesinato de Miguel Cabrera Fernández, Pedro Calfuquir Henríquez, Prospero Guzmán Soto, Pedro Yáñez Palacios, Juan Ojeda Aguayo, Raúl Obregón Torres, José Eugenio Monsalves Sandoval, Rene Bravo Aguilera, Julio Riffo Figueroa, Luis Quinchavil Suarez y José Campos Cifuentes, estos dos últimos en calidad de detenidos desaparecidos”.
En ese sentido, reflexiona que “el reconocimiento público y la preservación de la historia y la memoria contribuye a la desmitificación de estos acontecimientos dolorosos para la sociedad civil chilena, y busca generar lecturas críticas en busca del fortalecimiento de la democracia y de las instituciones, las cuales deben aseguran la resolución pacífica de conflictos políticos”.
Y se proporciona un importante antecedente: “En cifras, la zona cuenta con 71 personas detenidas desaparecidas y ejecutadas políticas, 3.000 personas exoneradas, decenas de presos políticos y exiliados, además de desplazamientos forzosos por razones políticas de grupos familiares de las zonas de Enco, Chanchan, Releco, Toledo, Puñir, Pilmaiquen y Pirihueico, entre otros”.
La memoria del Complejo Forestal y Maderero Panguipulli forma parte del patrimonio histórico de Chile. Es justo y necesario defender esa memoria.
Por Víctor Osorio. El autor fue Ministro de Bienes Nacionales.
Santiago, 22 de julio 2019
Crónica Digital.
Entonces ,la declaración del delincuente Piñera ,que está contra el MIR no tiene razón ,se está hablando de
asesinatos cívico-militares de docenas de personas inocentes y «rendidas» por maleantes golpistas de las hordas de Pinochet y , SI , eso debe recordarse para que «nunca más» se repita.