Eduardo Frei Montalva y la “Constitución maloliente” de Chile

1

Un enorme revuelo provocaron las declaraciones del senador Alejandro Navarro Brain en el Encuentro del Foro de Sao Paulo desarrollado en Caracas. “Tenemos una Constitución maloliente, caduca, que tenemos que cambiar. Labrada a sangre y fuego en dictadura, y que aún los chilenos no hemos podido acabarla y cambiarla”, declaró. Estos comentarios desencadenaron cuestionamientos de los partidos de la derecha y la vocera de Gobierno, Cecilia Pérez. Pidieron la revocación del congresista como presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Senado.

Hace casi 40 años hubo un notable chileno que pagó con su vida consideraciones similares sobre la Constitución. Se llamaba Eduardo Frei Montalva y había sido Presidente de Chile.

El 10 de agosto de 1980, en discurso transmitido por cadena nacional, Augusto Pinochet anunció la realización de un plebiscito para imponer una nueva Constitución Política: sería el siguiente 11 de septiembre, cuando ya se cumplían siete años del golpe de Estado. Eduardo Frei se indignó. Su inmediata convicción fue que el texto constitucional y el mecanismo determinado para imponerlo carecían de toda legitimidad democrática.

El 27 de agosto Frei encabezó un acto multitudinario en el Teatro Caupolicán de Santiago para expresar su rechazo a la Constitución de la tiranía, en lo que fue el único acto público opositor tolerado durante el mes previo al plebiscito. “Después de tantos años, de nuevo nos encontramos aquí reunidos. Esta es una ocasión solemne. Representamos hoy día la continuidad histórica de Chile y la voluntad de una inmensa mayoría”, comenzó.

Explicó: “Esta Constitución, gestada primero por un grupo designado por el gobernante (Pinochet), fue después modificada por el Consejo de Estado que él también eligió. Estos dos organismos representaban un sector muy limitado de la ciudadanía. La Junta Militar, por último, revisó esos textos para terminar elaborando uno que empeora aún más las proposiciones que le fueron presentadas”.

Señaló que, durante el período previo a la entrada en plena vigencia de la Constitución (es decir, en 1990), la dictadura podría “dictar las leyes interpretativas y orgánicas que completen la Constitución propuesta, las que se refieren, entre otras materias decisivas, al Tribunal Constitucional, al sistema electoral y al Tribunal Calificador; a la organización de los partidos políticos; al funcionamiento del Congreso; al Poder Judicial; a la Contraloría General de la República; al Banco Central; y a las entidades regionales y municipales. Es decir, quedará en sus manos conformar las instituciones más importantes de la vida de la nación”.

Votar este proyecto de Constitución ilegítimo en su origen, inconveniente en su texto, que va a entrar a regir dentro de diez años, que seguramente será modificado en el curso de esta década, y cuyo verdadero alcance y significado se conocerán sólo cuando se dicten las leyes orgánicas, es un caso de ciencia ficción o una burla”, denunció.

Al mismo tiempo, Frei aseveró que “este plebiscito carece de validez y lo rechazamos porque no reúne las condiciones mínimas que garanticen su legitimidad”. Dijo que no era válido, “porque no se puede llamar a un plebiscito cuando el país vive bajo estado de emergencia”; “porque requeriría un sistema electoral que asegure la auténtica expresión del pueblo”; “porque no existen registros electorales”; “porque las mesas que recibirán los sufragios y harán su recuento están formadas por personas designadas por los alcaldes que, a su vez, son nombrados por el Jefe de Estado”; “porque todo el proceso de cómputo de votos y sus resultados, en sus dos primeras fases, está en manos de las autoridades, primero del alcalde y su secretario, y después del gobernador solo, nominados ambos por el Ejecutivo”; “porque están proscritos los partidos políticos y, en consecuencia, no puede haber apoderados fidedignos que controlen la votación”; “porque no existe libertad de reunión ni de manifestaciones públicas”; “porque no existe libertad de información ni de expresión”; “porque existe la permanente amenaza de detenciones, relegaciones o secuestros”.

Una minoría impone así a la inmensa mayoría del pueblo una fórmula política, económica y social”, resumió. Añadió más adelante: “Aprobar esta Constitución (…) es una opción que contradice toda la Historia de Chile. Es la anti–Historia. Nuestro país ha seguido en sus 170 años de vida republicana un proceso evolutivo siempre ascendente en busca de perfeccionar la democracia, asegurar la libertad y el imperio del derecho e integrar a todas las clases sociales en un progresivo desarrollo”. En este sentido, acusó: “El proyecto en plebiscito refleja el espíritu que inspira a sus autores: ellos no creen realmente que el pueblo chileno tenga capacidad para pensar, opinar, decidir y elegir”.

Frei propuso entonces una alternativa para “encontrar un camino que nos permita ser lo que fuimos: una Patria libre y democrática, con instituciones renovadas de acuerdo a las nuevas realidades y exigencias”. Propuso la inmediata organización de “un gobierno de transición cívico militar”, para que, una vez constituido, “se elija por votación popular una Asamblea Constituyente u otro organismo auténticamente representativo de todas las corrientes de opinión nacional, como fue en 1925, que tendrá a su cargo la elaboración de un proyecto de Constitución. Este proyecto se someterá a plebiscito, bajo un sistema que dé absolutas garantías, y con opciones claramente definidas y plena libertad de expresión”.

“La inmensa mayoría de los chilenos quiere vivir en paz y en orden; que se respeten sus derechos; que desaparezca el temor que corrompe las almas. Estamos igualmente ciertos de que esa gran mayoría comprende que es necesario un consenso fundamental que permita rehacer toda nuestra vida política”, afirmó.

Advirtió con toda claridad que si los planteamientos formulados “no se contestan o se rechazan, este plebiscito no será válido, y tampoco lo serán sus resultados”.

En la misma oportunidad, insistió “a pesar de la reciente negativa, que se nos permita presentar esta opinión a través de la Televisión Nacional que mi gobierno instaló a través de todo Chile para uso de todos los chilenos. No la pedimos para cualquier ocasión. En las elecciones de 1970 todos los candidatos pudieron aparecer en los canales de televisión. Este plebiscito es tanto o más importante que una elección presidencial. Más aun, pienso que sería extremadamente útil e ilustrativo un debate directo con el Jefe del Estado. Estos debates son comunes en todas las democracias (…) Si se aceptara esta proposición que formulo se respondería a la tradición democrática de Chile y se contribuiría a esclarecer el significado de las distintas opciones que se presentan y la naturaleza del plebiscito a que se nos convoca”. Por cierto, la tiranía jamás respondió.

Concluyó señalando que la conciencia democrática “seguirá creciendo después del 11, y su marcha profunda no podrá ser detenida”.

El 22 de enero de 1982, Eduardo Frei Montalva abandonó este mundo. Hoy se sabe que fue un homicidio, cuyo móvil guarda relación con el protagonismo opositor que comenzó a desempeñar desde que desconoció la validez del plebiscito para imponer la Constitución y la legitimidad del texto constitucional, desde cuando clamó por una salida democrática y Asamblea Constituyente en el Teatro Caupolicán.

Esa noche del 27 de agosto de 1980, en el coliseo de la calle San Diego, lo escuchaba un joven empresario de 31 años, que asistió acompañando a su padre. Se llamaba Sebastián Piñera Echeñique.

Por Víctor Osorio. El autor es periodista.

Santiago, 1 de agosto 2019.

Crónica Digital.

One thought on “Eduardo Frei Montalva y la “Constitución maloliente” de Chile

  1. La Transición a la Democracia en Chile finalizará cuando realmente los sectores democráticos desarrollen las condiciones para instalar una auténtica Asamblea Constituyente en la que participen todos, absolutamente todos los sectores de la sociedad y sea capaz de redactar una nueva Constitución. Ley Fundamental que debe ser profundamente democrática, participativa, multiénica y pluricultural y aprobada en un plebiscito por el voto popular. Una Constitución que establezca con nitidez que la soberanía reside intransferiblemente en el pueblo.
    Chile jamás podrá dictar pautas Democráticas y de Humanismo y mucho menos, ser reconocido como un país de Derecho y Justicia mientras sostenga una Constitución dictada por una dictadura que avasalló los DDHH de un pueblo y pone entredicho la Independencia y la Soberanía.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Next Post

En recuerdo de los imprescindibles Nieves Yankovic y Pedro Henríquez

Sáb Ago 3 , 2019
El nombre de Nieves Yankovic es clave en la historia del cine chileno. En 1958 realizó su primer documental, “Andacollo”, en codirección con su esposo Jorge di Lauro. Retrata la celebración de la Virgen, una fiesta de religiosidad popular, con narraciones de la propia Nieves y composiciones de Violeta Parra. Hoy es una obra de culto. Y no fue su única contribución al séptimo arte en el país. Uno de sus últimos proyectos, “Año Santo Chileno” no pudo ser terminado en 1974 debido a la desaparición del camarógrafo Jorge Müller y su pareja Carmen Bueno, secuestrados por la DINA. Nieves partió de este mundo en 1985. Pedro Henríquez fue el dueño de la voz de la emblemática Radio Umbral, principal espacio de la resistencia cultural a la dictadura, desde su puesta en marcha en los 80 por la Iglesia Evangélica Metodista. Además, por casi dos décadas su presencia fue infaltable en los espacios de la cultura popular, desde las más modestas peñas en las poblaciones, o en enormes actos de rescate de la música chilena, realizados en el Teatro Cariola o en el Estadio Santa Laura. El 31 de julio de 2006, de regreso de un recital de Quilapayún, fue atacado por civiles no identificados, a raíz de lo cual partió de este mundo. Tengo la certeza que no se conocieron en forma personal. Pero la historia los unió por más de un razón. Nieves Yankovic y Pedro Henríquez integraron la Izquierda Cristiana de Chile. Además, desde 1986 Pedro fue director de un espacio de encuentro ubicado en el centro de Santiago, que se llamó “Centro Cultural Nieves Yankovic”. En efecto, el Centro Cultural Nieves Yankovic fue un proyecto concebido por la Izquierda Cristiana para crear un espacio de desarrollo cultural alternativo. Para su funcionamiento, fue arrendada una vetusta casa en la calle Almirante Barroso Nº 444, entre las calles Compañía y Catedral. Aquel lugar, además, pretendía otorgar a la Izquierda Cristiana un espacio semiclandestino de funcionamiento. Sin embargo, la idea era que funcionara en forma como Centro Cultural y para aquellos efectos se asignó a Pedro la tarea de ser su director, por su experiencia en la organización cultural en las poblaciones populares del sector oriente de Santiago. Allí era su lugar de militancia, en el Regional Oriente de la IC. Luego de un período de “marcha blanca”, el Centro Cultural Nieves Yankovic se estrenó en sociedad el 31 de julio de 1987, a las 20:00 horas, con un programa que contemplaba la exhibición del documental “Andacollo”, una actuación del cantautor Flopy, una lectura de poemas de Jorge Montealegre y Sergio González, y saludo del “Comité de Programación” del espacio, que corrió por cuenta del propio Henríquez. Nos conocimos en esos días. Fuimos compartiendo extensas horas de conversaciones. Nos contó de sus primeros pasos en el compromiso político y social, de cuando en los años de la Unidad Popular participó en la toma de un supermercado de Población Jaime Eyzaguirre de Ñuñoa, movilización que emergió de la iniciativa de […]

Te puede interesar:

Las opiniones vertidas en este medio de comunicación no necesariamente representan el sentir de Crónica Digital y son de responsabilidad de quienes las emiten.

Crónica Digital, es un medio de comunicación social, republicano y comunitario. Fue fundado el 19 de abril del año 2005. Su objetivo periodístico es informar sobre los principales noticias de Chile, América Latina y el mundo.

El director de Crónica Digital es el periodista Marcel Garcés Muñoz.

Su representante legal y editor general es el periodista Iván Antonio Gutiérrez Lozano.

El editor nacional es el periodista Ramón Vargas Vega.

El editor cultura es el periodista Miguel Alvarado.

Corresponsal en La Habana, Cuba, Florencia Lagos N.

El asesor legal es el académico y abogado Sr. Pablo Méndez Soto.

Los principales asociados informativos de Crónica Digital son la Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina , la agencia de noticias China, Xinhua y TV Brics.

En Chile, el medio electrónico El Maipo

Correo: cronicadigital@gmail.com
Dirección: Maturana 302 local 2
Santiago de Chile.

Desde el año 2005 Crónica Digital es parte de la Asamblea Nacional por los Derechos Humanos.

Crónica Digital es una marca registrada. Todos los derechos reservados.

Redacción Diario Crónica Digital
Fono: 950142601

Un café en una plaza con historia....

Maturana con Huérfanos
plaza Brasil,
Santiago de Chile.

La imagen tiene un atributo ALT vacío; su nombre de archivo es cafe-con-torta-900x675.jpeg