Contrario a la opinión mayoritaria de la población que apoya la jornada laboral de 40 horas, el Gobierno de Chile continúa hoy centrado en promover el temor para hacer valer su propuesta de “’flexibilización”’ laboral.
El más reciente intento en esa dirección es un documento de apenas dos cuartillas, en el cual el Ministerio de Hacienda asegura que el proyecto que reduce la jornada laboral de 45 a 40 horas semanales, impulsado por la diputada comunista Camila Vallejo, podría acarrear la pérdida de 303 mil empleos.
El Gobierno, que a estas alturas pide también reducir las horas de trabajo, pero a 41 en vez de 40, insiste en que su iniciativa es mejor porque plantea flexibilidad en los horarios mediante acuerdos entre trabajadores y empresarios, lo que es considerado una utopía en amplios sectores.
Al darle la espalda a lo que desea la mayoría de los chilenos, el Ejecutivo “se anota un autogol”, solo por no aceptar una propuesta de la oposición, impulsada por una diputada del Partido Comunista.
Para la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), la propuesta gubernamental resulta peligrosa porque, a su juicio, aumentará la precariedad laboral al tiempo que conduce a debilitar la unidad de la clase trabajadora.
Ello, porque promueve con su llamada flexibilidad, que los empleados negocien con los empleadores según sus necesidades y aspiraciones individuales, lo que de hecho tiende a fomentar la desunión.
Incluso el gran empresariado llamó a capítulo al Gobierno y el presidente de la poderosa Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), Alfonso Swett, aunque contrario a la propuesta de las 40 horas, pidió dejar a un lado lo que calificó de batalla comunicacional, y apelar a “estudios serios”.
En medio de este panorama algunos medios de prensa publicaron estudios de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), a la cual pertenece Chile, que en gran medida dan la razón a la propuesta de la diputada Camila Vallejo. Cifras de la OCDE indican que Chile es el quinto país menos productivo de ese grupo de 34 naciones, pero también uno de los que presenta jornadas de trabajo más largas.
Precisamente, la propuesta de Vallejo, apoyada incluso por parlamentarios oficialistas, plantea reducir el tiempo semanal que se dedica al trabajo con el fin de acercarse al nivel de los países de la OCDE, asegurando que la modificación traerá consigo también un aumento de la productividad, tal como ocurrió en esas naciones cuando se implementó.
Santiago, 15 de agosto 2019
Crónica Digital / Prensa Latina.