Jue Ago 22 , 2019
Por Armando Reyes * Las sanciones impuestas por el gobierno de Donald Trump hacia Irán y su luz verde a entregar material fisionable a Arabia Saudita, reavivaron la carrera por la obtención de tecnología nuclear y su producto más temido, bombas atómicas. A causa de las decisiones del jefe de la Casa Blanca, las tensiones en el Golfo aumentaron con ataques a embarcaciones comerciales, incautación de petroleros y derribo de drones, aunque, al parecer, según un artículo de la cadena qatarí Al Jazeera, un conflicto directo parece poco probable. Un informe del Comité de Supervisión del Congreso de Estados Unidos apunta que, con respecto a Riad, Washington eliminó las líneas de separación entre la política gubernamental y los intereses corporativos. El texto plantea dudas sobre si la Casa Blanca está dispuesta a colocar las ganancias potenciales de los amigos del presidente por encima de la seguridad nacional del pueblo estadounidense y del mundo con la propagación de armas nucleares. La Casa Blanca parece comprometida a permitir la transferencia de tecnología nuclear sensible sin exigir que Riad cumpla con los requisitos legales de no participar en actividades que puedan conducir a la proliferación nuclear, de acuerdo con el reporte. Y de otro lado, Irán anunció que retrocederá en una serie de compromisos del Plan de Acción Integral Conjunto (Jcpoa) si el resto de los firmantes del también llamado acuerdo nuclear, del que se salió Estados Unidos, no asume la parte que le corresponde ante las medidas de Washington. El país de los persas superó lo estipulado en el Jcpoa cuando comenzó a producir mayor cantidad de uranio enriquecido a 3.67 por ciento y de agua pesada, aunque con apego a los artículos 26 y 36 de la anuencia que le dan derecho a hacerlo si las otras partes reintroducen sanciones relacionadas con la energía nuclear. De momento, las políticas erráticas sobre proliferación nuclear que ejecuta Trump están empujando a Medio Oriente hacia una peligrosa competencia nuclear entre Arabia Saudita e Irán. Las aspiraciones nucleares de ambos países no son nuevas, en tanto que en el caso de Irán se remontan a 1967 durante el gobierno del Sha Mohammad Reza Pahlevi. Mientras, Arabia Saudita comenzó en la década de 1960, pero con un potencial modesto hasta fines de la década de los años 70 del siglo pasado. En 2017, bajo el liderazgo del rey Salman y su hijo, Mohammed bin Salman, Riad se tomó en serio la construcción de un reactor nuclear para lo cual puso una licitación que los estadounidenses ahora esperan ganar sobre Francia, Corea del Sur, China y Rusia. Por acusaciones de adquisición ilegal de tecnología, a ambos países los han sometido a inspecciones que Teherán asumió en toda la línea, pero Riad, no. Las instalaciones iraníes se han sometido a intenso escrutinio desde la década de los años 90 y mucho más después de la firma del Jcpoa en 2015. El acuerdo sellado entre Irán y seis potencias mundiales tenía el objetivo de amortiguar las ambiciones nucleares […]