La pérdida de facultades del Servicio Forestal de Brasil se debe a las reducciones de presupuesto hechas por el Gobierno de Jair Bolsonaro, denunció aquí el investigador de la Universidad de Santiago, Alberto Alaniz.
A juicio del geógrafo, una de las causas de los incendios en la Amazonía se relaciona con el cambio climático que se traduce en desertificación y sequía, pero también existe un componente político de gran influencia, por las reducciones de presupuesto del gobierno al Servicio Forestal de Brasil.
«El Presidente brasileño le ha declarado la guerra abiertamente al Amazonas y a las comunidades indígenas que viven ahí y dentro de las cosas que plantea, está eliminar muchas áreas protegidas porque las considera limitantes al desarrollo del país que se basa, principalmente, en las exportaciones agrícolas», sostuvo el experto.
En ello la soya es muy importante, principalmente, para la producción ganadera, y para instalar esas plantaciones es frecuente que se quemen esos territorios, señaló Alaniz.
El investigador asociado de la Facultad Tecnológica de ese centro de estudios superiores participa en un proyecto conjunto con la ONG Ecogeografía, para estimar las dinámicas del cambio global: carbono, ganadería y enfermedades.
Su objetivo es esclarecer los efectos en el cambio global de los megaincendios ocurridos en Brasil, estableciendo causas y efectos a través de imágenes satelitales con las que trabaja en tiempo real.
Según han constatado los científicos, los incendios en la selva amazónica de Brasil están ocurriendo a un ritmo récord, y con un aumento de más del 80 por ciento en comparación con el mismo período del año pasado, mientras que en la última semana, los focos han afectado 68 zonas protegidas o reservas indígenas.
Explicó Alaniz que entre los efectos del siniestro está la pérdida de biomasa de árboles que, producto del fuego, han liberado una cantidad importante de carbono a la atmósfera, además de otros gases como dióxido de sulfuro, formaldehído y material particulado.
Además, muchas plantas que capturaban carbono y permitían reducir el efecto del cambio climático también se han quemado, puntualizó.
Recordó que la ONU señala que de ahora al 2050 la Tierra ya no será igual y el punto de no retorno lo fijan en 2023, cuando el cambio climático ya no se pueda detener, pero advirtió que «hay dos efectos que han hecho que esto pueda estar ocurriendo ahora».
Para el científico uno de ellos es lo que denominó el efecto Trump, el presidente de Estados Unidos, que se salió del acuerdo de París, y el otro, Bolsonaro, «con su amenaza sobre el ecosistema que captura la mayor cantidad de carbono a nivel mundial».
Pero consideró que no se trata de una situación aislada, pues la Amazonía es el pulmón verde más importante del planeta, junto con Borneo y el Congo, y esas tres selvas han estado muy sometidas a las presiones del hombre y sus modelos económicos que están depredando y amenazando la sobrevivencia de todo el planeta, concluyó.
Santiago de Chile, 24 de agosto 2019
Crónica Digital /PL