Los candidatos demócratas a la Presidencia estadounidense se esfuerzan por demostrar su compromiso con el enfrentamiento al cambio climático, cuando encuestas indican que ese tema es una de las principales prioridades de los votantes del partido.
En busca de la nominación de la fuerza azul de cara a las elecciones del año próximo, muchos de los más de 20 aspirantes a la Casa Blanca han anunciado planes que buscan impulsar las energías limpias, reducir a cero las emisiones netas de carbono, realizar inversiones billonarias y crear empleos.
Durante los dos primeros debates del partido, celebrados en junio en Florida y en julio en Michigan, una parte de las discusiones giró en torno al cambio climático, con críticas continuas a las políticas del actual presidente del país, el republicano Donald Trump, y promesas de acciones concretas.
Ante la importancia y la urgencia de esta cuestión, organizaciones y activistas demandaron al Comité Nacional Demócrata realizar un encuentro entre los candidatos que se centrara exclusivamente en la crisis climática.
Sin embargo, los miembros de ese cuerpo político votaron en contra de una resolución que hubiera permitido a los aspirantes presidenciales participar en una discusión organizada por una tercera parte, bajo el argumento de que no se debía dar prioridad a un tema por encima de los demás.
Gracias a que el DNC sí los permite estar en foros patrocinados por grupos externos si cada uno de ellos aparece por separado en el escenario, el 4 de septiembre la cadena de televisión CNN organizó un maratónico evento de siete horas enfocado en la crisis climática.
En esa cita, celebrada en Nueva York, participaron los 10 aspirantes demócratas que lograron cumplir con los requisitos de clasificación para el tercer debate del partido, a realizarse este mes en Houston, Texas.
Como parte del programa, en el que cada uno de los candidatos a la Casa Blanca fue entrevistado por presentadores de la cadena y recibió preguntas del público, esas figuras ‘prometieron una nueva acción sin precedentes sobre el cambio climático’, según consideró el diario The New York Times.
Uno de los puntos más resaltados de ese evento fue que más de la mitad de los 10 participantes se pronunciaron abiertamente a favor de aplicar un impuesto o una tarifa a la contaminación por dióxido de carbono.
Según el Times, esa es la única política considerada por la mayoría de los economistas ambientales como la forma más efectiva de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, pero también constituye una medida que ha atraído una intensa oposición política.
Casi todas esas figuras también reiteraron que, de alcanzar la presidencia, reincorporarán a Estados Unidos al acuerdo de París sobre el cambio climático, del cual Trump decidió sacar al país en 2017, y repitieron la intención de contar con una economía neutral en carbono para 2050.
Los participantes incluyeron al exvicepresidente Joe Biden, y los senadores progresistas Elizabeth Warren y Bernie Sanders, los tres candidatos mejor posicionados.
Biden se presentó como un negociador experimentado en los escenarios nacional e internacional, capaz de garantizar que Estados Unidos no vuelva a estar ausentes de las discusiones sobre el cambio climático. Preguntado acerca del Nuevo Acuerdo Verde impulsado por demócratas progresistas, el exvicemandatario respondió que esa iniciativa merece ‘una gran cantidad de crédito’ por resaltar la urgencia de la crisis climática, pero consideró que carece de detalles.
‘Mi plan aporta más detalles, se basa en la ciencia’, añadió el exvicepresidente, cuya agenda climática consiste en invertir 1,7 billones (millones de millones de dólares) en energía limpia durante una década y reducir a cero las emisiones netas de gases de efecto invernadero para 2050.
Por su parte, Sanders, uno de los primeros partidarios del Nuevo Acuerdo Verde, manifestó que él está proponiendo ‘el plan climático más grande y completo presentado por cualquier candidato presidencial en la historia de Estados Unidos’.
El proyecto del senador por Vermont exige una transformación en el sistema energético del país para pasar a depender únicamente de la energía renovable en la electricidad y el transporte en 2030, hasta completar la llamada descarbonización en 2050, y pide invertir 16,3 billones de dólares, más que los demás.
Frente a la interrogante de cómo pagaría por ese plan, respondió que eliminaría las exenciones de impuestos para las compañías de combustibles fósiles y recortaría el gasto militar.
Además, Sanders rechazó la idea de que su postura sea demasiado extrema para enfrentarse a Trump en una elección general, y se describió a sí mismo como más racional que el actual presidente: ‘Donald Trump cree que el cambio climático es un engaño. Creo que está peligrosamente equivocado’.
Warren, a su vez, cuestionó cómo la crisis climática se ha intensificado durante tanto tiempo a pesar de las reiteradas advertencias de los científicos, y culpó de esa situación a la corrupción del gobierno.
Tenemos un Washington que funciona muy bien para los ricos y bien conectados, para las compañías petroleras gigantes que quieren perforar en todas partes. Sin embargo, Washington no está funcionando para los estadounidenses, sostuvo.
De igual modo, llamó a los demócratas a no dejarse llevar por debates de pequeño calibre sobre las consecuencias ambientales de las pajillas de plástico, las hamburguesas con queso o las bombillas, al advertir que la industria de los combustibles fósiles precisamente espera desviar la atención hacia esos temas.
Un día antes de la cita organizada por CNN, la senadora por Massachusetts había presentado su plan sobre clima, el cual llama a gastar tres billones de dólares en 10 años para alcanzar un 100 por ciento de energía limpia, y a proteger a las comunidades pobres que dependen de los combustibles fósiles.
En otras propuestas significativas de la noche, el exsecretario de Vivienda Julián Castro, se pronunció a favor de una nueva legislación de derechos civiles para abordar el racismo ambiental, el cual comprende a comunidades minoritarias que enfrentan la peor parte de la crisis climática.
Asimismo, el empresario Andrew Yang dijo que si es elegido presidente, eliminará el Producto Interno Bruto como medida del éxito nacional y lo reemplazará con un sistema que incluya factores ambientales.
La senadora Kamala Harris señaló que, de llegar a la Casa Blanca, ordenará al Departamento de Justicia que persiga a las compañías de petróleo y gas que han impactado directamente en el calentamiento global; y su colega Amy Klobuchar dijo que restablecería las regulaciones sobre emisiones de metano revertidas por Trump.
Esos planteamientos y los realizados por el resto de los participantes -el alcalde de South Bend, Indiana, Pete Buttigieg; el excongresista Beto O’Rourke; y el senador Coory Booker-, evidencian no solo la importancia de la lucha contra el cambio climático en el campo demócrata, sino el modo en que esta cuestión será impulsada por quien finalmente se enfrente a Trump en las urnas en noviembre de 2020.
Por Martha Andrés Román. La autora es Corresponsal de Prensa Latina en Estados Unidos.
Washington, 8 de septiembre 2019.
Crónica Digital / Prensa Latina.