Sin duda, sus dichos enloquecieron de furor a la derecha. “No queremos ser como Chile”, dijo, refiriéndose a la desigualdad y el sistema educacional, en alusión a las propuestas del candidato presidencial del Partido Colorado, Ernesto Talvi, que ha reiterado que considera el modelo chileno como un ejemplo a seguir.
“Ojalá Chile pueda tener algún día estudiantes que no queden hipotecados para terminar la carrera. Ojalá Chile pueda repartir un día como repartimos en Uruguay”, declaró en un acto público del “Agite 609” realizado en Montevideo.
“Hay que tener menos ideologías y más trabajo concreto”, le respondió la Ministra de Educación, Marcela Cubillos. Por su parte, la Ministra Secretaría General de Gobierno, Cecilia Pérez, aludió al “liderazgo mundial” de Chile y Piñera. En las redes sociales, la jauría de la derecha intentó mostrar que el Frente Amplio de Uruguay, en el gobierno desde el 2004, transformó a su país en algo parecido al infierno que suponen es Venezuela.
Examinemos el reporte sobre Uruguay del Banco Mundial e invitemos a los lectores a comparar con el paisaje social de Chile.
Conforme al Banco Mundial, “Uruguay se destaca en América Latina por ser una sociedad igualitaria, por su alto ingreso per cápita, sus bajos niveles de desigualdad y pobreza y por la ausencia casi total de indigencia. En términos relativos, su clase media es la más grande de América, y representa más del 60% de su población”.
Indica: “Uruguay se ubica entre los primeros lugares de la región en relación con diversas medidas de bienestar, como el Índice de Desarrollo Humano, el Índice de Oportunidad Humana y el Índice de Libertad Económica. La estabilidad de las instituciones y los bajos niveles de corrupción se reflejan en el alto grado de confianza que tienen los ciudadanos en el Gobierno. Según el Índice de Oportunidad Humana del Banco Mundial, Uruguay ha logrado alcanzar un alto nivel de igualdad de oportunidades en términos de acceso a servicios básicos tales como educación, agua potable, electricidad y saneamiento”.
En julio de 2013, el Banco Mundial clasificó a Uruguay como un país de renta alta. Explica que “la economía uruguaya ha experimentado tasas de crecimiento positivas desde 2003, con un promedio anual de 4.1% entre 2003 y 2018. El crecimiento económico continuó siendo positivo incluso en 2017 y 2018 a pesar de las recesiones experimentadas por Argentina y Brasil”.
Asimismo, señala que “la pobreza moderada pasó del 32,5% en 2006 al 8,1% en 2018, mientras que la indigencia o pobreza extrema ha prácticamente desaparecido: reduciéndose del 2,5% al 0,1% para el mismo periodo”. En términos de equidad, “los ingresos del 40% más pobre de la población uruguaya han aumentado más rápidamente que el crecimiento promedio de los ingresos de toda la población”.
Más aún, asevera que “las políticas sociales inclusivas se han enfocado en ampliar la cobertura de los programas, por ejemplo, alrededor del 87% de la población de más de 65 años está cubierta por el sistema de pensiones: este es uno de los coeficientes más altos en América Latina y el Caribe”.
La derecha ha pretendido instalar en las sociedades la idea de que sólo los gobernantes neoliberales, de preferencia empresarios, son capaces de generar prosperidad en las naciones y que la izquierda, al contrario, conduce a la bancarrota económica a los países. Uruguay es un caso, entre muchos otros, que muestra que ello es una falsedad tan grande como sus malas conciencias.
Por Víctor Osorio. El autor es periodista.
Santiago, 26 de septiembre 2019.
Crónica Digital.
Periodista inbesil ignorante solo te digo una cosa como puedes comparar Chile con Uruguay Chile tiene 20 millones de habitantes entre ellos 1, 2 millones de inmigrantes y Uruguay tiene 3 millones de habitantes y de inmigrantes pocos por qué no quieren inmigrantes ,,, no seas estupida