Miles de chilenos residentes en diversos países también expresan apoyo a sus compatriotas que denuncian hoy desde la protesta social las medidas económicas del Gobierno de Sebastián Piñera.
De igual forma, exigen la salida de los militares y policías de las calles que han atropellado al pueblo y regresen a sus cuarteles y demandan el cese del Estado de Emergencia decretado el fin de semana por el presidente Piñera.
Coinciden con los manifestantes en solucionar este caos de forma pacífica, a través de un diálogo, pero antes el gobernante debe cumplir con la exigencia popular.
Desde España, Francia, Alemania, Suecia, Australia y otras naciones los chilenos se suman al clamor de su pueblo y a través de las redes sociales como Twitter cuelgan los vídeos de sus protestas, muchas frente a embajadas y consulados de Chile.
La semana pasada comenzaron las protestas en el país contra un incremento del 30 y el 10 por ciento al precio del pasaje del metro subterráneo y al sistema de buses Trasantigo, respectivamente.
Ante las manifestaciones, inicialmente protagonizadas por jóvenes estudiantes, el Gobierno desplegó miles de carabineros (policías) para contener la evasión del pago del metro, que fue la primera manera de exigir la derogación del aumento.
Los agentes, de acuerdo con numerosas denuncias, se propasaron en el uso de la fuerza, lo que enardeció a la población que salió el sábado a la calle a pedir el cese de la represión y aún continúa con las manifestaciones.
El Gobierno decretó el estado de emergencia, también varios toques de queda y anunció que derogaría el aumento, lo cual se concretó ayer en el Congreso.
Sin embargo, los chilenos advirtieron que la protesta no era solo por el metro sino por las privatizaciones de los recursos naturales como el agua, los minerales, el aumento del precio de la educación, la salud, la energía eléctrica, entre otros servicios y contra numerosas injusticias acumuladas en décadas.
La represión policial desatada contra los manifestantes con el uso de bombas lacrimógenas, balas de goma, carros lanza agua, perdigones, tanquetas y helicópteros generó un caos y el rechazo dentro y fuera del país.
Un saldo de 15 muertos fue el resultado de este estallido popular y aunque las autoridades aseguran que fueron asaltantes, vándalos y delincuentes y que la mayoría de ellos murió calcinada en incendios, los manifestantes responsabilizan de esas muertes al Gobierno y a sus fuerzas de seguridad.
En este contexto, Piñera llamó ayer a un diálogo para buscar una salida a la crisis, convocatoria que recibe numerosas críticas porque la eventual reunión es apreciada como insuficiente, pues no incluyó a todas las fuerzas políticas ni a los movimientos sociales que encabezan las manifestaciones de los últimos días.
Fuentes oficiales indicaron que fueron llamados los presidentes de la coalición oficialista Chile Vamos y de la Democracia Cristiana, el Partido por la Democracia, y el Partido Socialista, bajo el criterio de reunirse solo con los que «han tenido disposición al diálogo».
Quedó fuera el Partido Comunista, cuyo presidente, Guillermo Teiller, consideró que la reunión se basa en promesas presidenciales incumplidas, lo cual es la causa del estallido social, y opinó que, al parecer, el encuentro se «cocinó de forma reservada y con preacuerdos».
Desde el Partido Socialista, su presidente, Álvaro Elizalde, puso en duda en declaraciones a una televisora su asistencia a esa reunión pues, a su juicio, Piñera debe entender que se requiere un diálogo con todo el espectro social que debe ser escuchado y tener en cuenta sus puntos de vista.
«¿Con quién va a negociar la oposición que concurra a La Moneda? ¿Con el ministro q mandó a comprar flores o con el ministro que mandó a levantarse más temprano? Porque todos ellos siguen en sus cargos, a diferencia de 15 chilenos y chilenas que nunca volverán a sus casas. #Dignidad», subrayó por su parte Karol Cariola, diputada del Partido Comunista.
Cariola hace referencia a varias frases calificadas de incendiarias, proferidas por Piñera y miembros de su gabinete.
Una de estas alude al ministro de Economía, Juan Andrés Fontaine, quien el pasado jueves en una entrevista con un canal extranjero sugirió levantarse más temprano para evitar los efectos del alza en el pasaje del Metro al referirse a las tarifas cuya precio más alto era en las horas de mayor movilidad.
Asimismo, el pasado 8 de este mes, el ministro de Hacienda, Felipe Larraín, emitió comentarios sobre el Índice de Precios al Consumidor y expresó una frase que desagradó a la población chilena.
«Para los románticos (…) que las flores han tenido un descenso en su precio: Así que los que quieran regalar flores en este mes, las flores han caído un 3,6 por ciento».
Como colofón la noche de este último domingo Piñera dijo tras una reunión con el general Iturriaga, jefe del orden público durante el estado de excepción en la región Metropolitana: «Estamos en guerra contra un enemigo poderoso e implacable».
En estos momentos, cientos de personas comienzan a reunirse pacíficamente en el centro de Santiago en la plaza Italia y en la comuna Recoleta cuyo alcalde, Daniel Jadue, del Partido Comunista, aseguró que junto a vecinos y vecinas protestan para exigir el fin a la violencia del Ejército y Carabineros en los barrios.
De igual forma, trabajadores de Minera Escondida paralizan hoy completamente sus faenas en protesta por abusos de la empresa y rechazo a la represión en contra del pueblo.
También, fuera de Santiago, en la ciudad de Los Lagos, Región de Los Río; en Antofagasta, y otras ciudades comienzan los cacerolazos y las marchas pacíficas bajo la frase «Chile despertó».
Santiago de Chile, 23 de octubre 2019
Crónica Digital /PL