Asimismo fueron recuperados otros 48 ejemplares desde el sector de Las Vertientes, donde habita exclusivamente este anfibio, y relocalizarlos en Ojos de Opache, en las cercanías de la ciudad de Calama.
La fuerte escasez de agua y las precarias condiciones de salud de los animales motivaron esas medidas para salvar a los que se pensaba eran los últimos miembros de la especie. Sin embargo, en los últimos meses los investigadores comprobaron que tras una inesperada recuperación del cauce en el sector Las Vertientes reapareció este pequeño anfibio elegido recientemente ‘embajador de la fauna chilena 2020’.
Un monitoreo realizado por el grupo durante el segundo semestre de 2019 y enero último en el pequeño ecosistema confirmó que pese a la falta de agua y la contaminación, resisten en su hábitat al menos siete ranitas (telmatobius dankoi).
Paola Sáez, investigadora de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile, informó en la última visita al terreno se detectó un nuevo individuo no registrado con chip, así como renacuajos, lo que confirma que se estaría reproduciendo.
El trabajo de conservación del equipo de especialista universitarios en colaboración con el Museo de Historia Natural de Calama, abarca labores para tratar de recuperar el ambiente natural de las ranitas, así como medidas de conservación fuera del sitio donde habitan, explicó Saez.
La sobreexplotación hídrica ha sido y continúa siendo la principal amenaza para la ranita del Loa, que generó la campaña que el grupo de especialistas impulsó para su rescate.
‘Si uno saca el agua se mueren todos los animales, porque los telmatobius son como peces con patas’, asegura Marco Méndez, director del Departamento de Ciencias Ecológicas de la Facultad de Ciencias.
Santiago de Chile, 3 de febrero 2020
Crónica Digital/PL
