Por Rafael Calcines Armas
Ante la falta de soluciones de fondo del gobierno a los profundos cambios que reclama la calle, la revitalización de las protestas populares en Chile se da como un hecho en lo que ya se denomina el Súper Marzo.
El tercer mes del año se iniciará con las celebraciones por el Día Internacional de la Mujer, para lo cual la potente Coordinadora Feminista 8M lanzó la convocatoria a numerosos actos desde el 2 de marzo con demostraciones en esta capital y otras ciudades.
El punto máximo será una marcha convocada para el 8 de marzo partiendo desde la emblemática Plaza de la Dignidad (Baquedano) en esta capital, y que se replicará en otras 32 ciudades, y una huelga general feminista para el día siguiente, que ya cuentan con respaldo de sindicatos, partidos y otras organizaciones.
Asimismo, el inicio del mes marca el retorno a las aulas en todos los niveles de enseñanza, lo que implica una reorganización del movimiento estudiantil, que han tenido un papel protagónico en las protestas que estallaron a mediados de octubre.
Igualmente el vasto movimiento social ha convocado a manifestarse el 11 de marzo, cuando se cumple otro año del gobierno del presidente Sebastián Piñera, quien mantiene un nivel de respaldo que no sobrepasa el 13 por ciento según las encuestas que le son más favorables.
Estas son solo algunas de las demostraciones ya anunciadas, para las cuales el gobierno, en vez de atender las demandas sociales, a las que ha respondido hasta ahora con medidas calificadas de insuficientes, parece más inclinado a priorizar el reforzamiento de las fuerzas policiales exigiendo al Congreso que atienda con urgencia la aprobación de varios proyectos de ley en esa dirección.
La divulgación por la prensa de la compra por las instituciones armadas de nuevo equipamiento «disuasivo» e incluso el reforzamiento de la seguridad en sus instalaciones, evidencia en alguna medida que la represión contra los manifestantes puede ser aun mayor que hasta el presente.
En tanto, desde partidos de la coalición de gobierno Chile Vamos, algunas voces insisten en promover una campaña de temor sobre la posibilidad de que en marzo se desate de nuevo la extrema violencia que anteriormente condujo a la quema de estaciones de metro y centros comerciales y se paralice el país.
Incluso, ante la real posibilidad de que en el plebiscito de abril triunfe la opción de una nueva constitución, no faltan quienes desde la derecha advierten que la consulta popular estaría deslegitimada si se realiza en medio de tensiones sociales.
Precisamente, las acciones de los partidos políticos y fuerzas sociales estarán marcadas por la campaña de propaganda por el Apruebo o el Rechazo a una nueva Constitución, que se iniciará de lleno el 27 de marzo.
Tampoco es descartable que la extrema derecha, que en las últimas semanas ha realizado acciones en rechazo a una nueva carta magna, vandalizando monumentos a víctimas de la dictadura y las tumbas de la dirigente comunista Gladys Marín y del cantautor Víctor Jara, e incluso exigiendo al gobierno «mano dura», también busque más espacios pidiendo la vuelta de los militares a las calles.
Santiago de Chile, 20 de febrero 2020
Crónica Digital /PL