Por Jaime Insunza Becker :Con la misma piedra 2

“Hay que hacer creer al pueblo que el hambre, la sed, la escasez y las enfermedades son culpa de nuestros opositores y hacer que nuestros simpatizantes se lo repitan en todo momento…” Joseph Goebbels.

Pareciera que el Presidente, sus ministros y algunos de los dirigentes de sus partidos han aprendido bien las orientaciones del jefe de la propaganda del nazismo alemán.

No debería extrañar, entonces, que un gobierno responsable directo de decenas de muertos, miles de heridos, centenares de los cuales perdieron total o parcialmente la visión, otros miles de detenidos, como lo han constatado y denunciado organismos de derechos humanos nacionales e internacionales, en una suerte de campaña del terror, proponga un acuerdo por la paz y contra la violencia. Y lo hace al mismo tiempo que amenaza con aumentar la violenta represión aplicada en estos últimos cuatro meses, incrementando la capacidad represiva de un cuerpo de Carabineros sin control y entregando nuevas atribuciones en este campo a las FF.AA..

Repite una y otra vez, culpando al movimientos social, del vandalismo y los saqueos, pese a que, hasta ahora, los únicos detenidos por esos actos,  que han sido rechazados con claridad por todas las fuerzas democráticas, han sido agentes de la derecha y policiales, como ha quedado en evidencia en múltiples videos que han circulado en las redes y, para mayor abundamiento, en la detención de destacados militantes de la derecha, funcionarios de la Municipalidad de Santiago y un concejal de Calera, ambos de RN. A lo que se agrega el tráfico de armas que involucra también a personeros de derecha, incluidos amigos personales de la familia presidencial.

Lo sucedido en torno a la jornada inaugural del Festival de Viña pareciera ser un ejemplo del plan oficial. El vandalismo y los saqueos, prácticamente sin detenidos, pese al inmenso despliegue policial, tiene más el aspecto de una provocación que busca desprestigiar al movimiento social ciudadano. Este no estaba en las calles sino en el Festival mismo, recibiendo la solidaridad de Ricky Martin y deleitándose con Kramer, con Mon Lafertte y otros grandes artistas comprometidos con el movimiento social democrático.

¿Estas provocaciones y la intensa campaña del gobierno y la derecha para poner el tema del vandalismo y los saqueos como el problema principal, pretenden justificar la represión a las manifestaciones sociales pacíficas que se han anunciado para los primeros días de marzo?, ¿pretenden impedir el plebiscito de Abril, como lo ha planteado la Presidenta  y otros dirigentes de la UDI y otros personeros de la ultraderecha?, ¿son un nuevo chantaje a un sector de la oposición, para que le preste ropa e impedir que las demandas ciudadanas se hagan realidad?

Como lo prueba la historia de nuestro país, la derecha ha sido la fuerza política más violenta en nuestra historia. Nunca ha dudado en utilizarla cuando ve en peligro sus mezquinos intereses.

La movilización de millones de chilenos no pone en riesgo la democracia como dicen el Presidente y sus ministros.

Al contrario, lo que la pone en riesgo es la negativa de la derecha a escuchar la demanda social, la de los “patipelaos y los rotos de mierda” para usar los vocablos de los dueños del modelo.

Hoy lo que está en juego es avanzar hacia una democracia más sólida y profunda, que no se negocie a espaldas de la gente, que devuelva a las chilenas y chilenos derechos básicos – educación, salud, previsión justa, entre otros – que le fueron usurpados por la dictadura y que en estos 30 años permanecen igual. Lo que está en juego es si seguiremos permitiendo que las transnacionales saqueen nuestros recursos naturales, que el agua siga siendo privada, que continúe la destrucción del medio ambiente y se agudice la crisis climática, porque el negocio es más importante. Que las familias tengan que endeudarse de por vida para que sus hijos puedan estudiar, que los adultos mayores tengamos una vida digna y no debamos gastar nuestras pensiones en medicamentos que son de los más caros del mundo, que lo que afecta a las y los chilenos se discuta abiertamente y no en alguna “cocina”… Esto y mucho más en lo que está en juego.

Esa democracia es la exigen los millones que se han manifestado. El objetivo de esta operación política es evitar ese cambio democrático.

Impedir los planes del gobierno y la derecha dura requiere la unidad y la acción común de todas las fuerzas sociales y políticas democráticas, mantener la movilización social por las demandas, trabajar por el apruebo para triunfar categóricamente el 26 de Abril y no caer en los errores del 86/89 que permitieron que el modelo y la Constitución impuesta violentamente por la derecha, se mantuviera en lo esencial durante 30 años, que pareciera ser lo que buscan algunos personeros de la ex Concertación – beneficiados por el sistema – que emitieron una declaración a espaldas de sus partidos y de la  ciudadanía.

El principal riesgo para la democracia es negarse a escuchar la voz multitudinaria de los chilenos, es volver a la “cocina”.

Simplemente, escuchémosla.
Jaime Insunza B.
Profesor de Historia

Santiago de Chile, 29 de febrero 2020
Crónica Digital

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Next Post

EE.UU. y su pacto con talibanes, ¿viene fin de la guerra más larga?

Sáb Feb 29 , 2020
Al parecer, el comienzo del fin de la guerra más larga de Estados Unidos comienza, tras firmar hoy el gobierno del presidente Donald Trump un acuerdo con los talibanes para retirar las tropas del Pentágono de Afganistán.   La invasión a la nación centroasiática, que comenzó tras los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y Washington, derivó en un conflicto bélico que deja decenas de miles de muertos y ha sido una piedra en el zapato para tres administraciones de la Casa Blanca. El acuerdo establece un calendario para la retirada final de las tropas estadounidenses de Afganistán, el empobrecido país que una vez fue desconocido para muchos estadounidenses y hasta ahora simboliza el escenario de un conflicto interminable y de complots terroristas. Sin embargo, la rúbrica del acuerdo en Doha, Qatar, que se produjo después de más de un año de negociaciones intermitentes y que excluyó de manera ostensible al gobierno afgano apoyado por Estados Unidos, no es un pacto de paz definitivo y aún podría deshacerse, advierte el influyente periódico The New York Times. Según el rotativo, esta guerra ‘se hace eco en cierto modo de la experiencia estadounidense en Vietnam’, pues en ambos casos una superpotencia ‘apostó fuertemente por la fuerza bruta y las vidas de sus jóvenes, y luego tuvo que retirase con aparentemente poco que mostrar’. No obstante, el acuerdo es visto como un paso hacia la negociación de un arreglo más amplio con la esperanza de que podría, eventualmente, terminar con la insurgencia de los talibanes, el grupo que una vez gobernó Afganistán bajo un severo código islámico. La retirada de las tropas del Pentágono -alrededor de 13 mil siguen allí- depende del cumplimiento por parte de los talibanes de importantes compromisos que han sido obstáculos durante años, incluida la ruptura de sus vínculos con grupos terroristas internacionales como Al Qaeda. Por otra parte, el convenio también depende de negociaciones más difíciles que se llevarán a cabo entre el Talibán y el gobierno afgano sobre el futuro del país. Esas conversaciones deben producir un compromiso sobre el reparto de poder y un alto el fuego duradero, pero ambas ideas han sido un anatema para los insurgentes en el pasado, subrayó el Times. ‘Este acuerdo no significará nada -y los buenos sentimientos de hoy no durarán- si no tomamos medidas concretas sobre los compromisos declarados y las promesas hechas’, dijo el secretario de Estado, Mike Pompeo, quien viajó a Doha para la ceremonia. En el clímax de la guerra, más de 100 mil soldados estadounidenses ocuparon Afganistán, al igual que decenas de miles de unas 40 naciones de la coalición de la OTAN liderada por Washington, recordó el propio medio de prensa. Bajo la condición actual se establece la retirada en la primera fase de unos cinco mil soldados en 135 días y la salida del resto, que se completaría en 14 meses, dependerá de que los talibanes cumplan su parte del trato. Los insurgentes han prometido romper con las […]

Te puede interesar:

Las opiniones vertidas en este medio de comunicación no necesariamente representan el sentir de Crónica Digital y son de responsabilidad de quienes las emiten.

Crónica Digital, es un medio de comunicación social, republicano y comunitario. Fue fundado el 19 de abril del año 2005. Su objetivo periodístico es informar sobre los principales noticias de Chile, América Latina y el mundo.

El director de Crónica Digital es el periodista Marcel Garcés Muñoz.

Su representante legal y editor general es el periodista Iván Antonio Gutiérrez Lozano.

El editor nacional es el periodista Ramón Vargas Vega.

El editor cultura es el periodista Miguel Alvarado.

Corresponsal en La Habana, Cuba, Florencia Lagos N.

El asesor legal es el académico y abogado Sr. Pablo Méndez Soto.

Los principales asociados informativos de Crónica Digital son la Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina , la agencia de noticias China, Xinhua y TV Brics.

En Chile, el medio electrónico El Maipo

Correo: cronicadigital@gmail.com
Dirección: Maturana 302 local 2
Santiago de Chile.

Desde el año 2005 Crónica Digital es parte de la Asamblea Nacional por los Derechos Humanos.

Crónica Digital es una marca registrada. Todos los derechos reservados.

Redacción Diario Crónica Digital
Fono: 950142601

Un café en una plaza con historia....

Maturana con Huérfanos
plaza Brasil,
Santiago de Chile.

La imagen tiene un atributo ALT vacío; su nombre de archivo es cafe-con-torta-900x675.jpeg