El presidente de Chile, Sebastián Piñera, insistió en priorizar la agenda de seguridad para marzo, ante las previsiones de que este mes se multipliquen las protestas populares iniciadas en octubre de 2019.
En breves declaraciones a la prensa desde Uruguay a donde asistió a la ceremonia de cambio presidencial, el mandatario señaló que el gobierno trabajará en marzo para restablecer el orden público y combatir la violencia «con toda la decisión del mundo».
Con ese objetivo recabó el respaldo de todas las fuerzas políticas en esa tarea, que según dijo no es responsabilidad solo del ejecutivo, sino de todos los chilenos «de buena voluntad».
Piñera, anunció el pasado lunes la búsqueda de un acuerdo con la oposición en esa dirección, pero fuera de los partidos de la coalición de gobierno, recibió un tibio respaldo, pues muchos líderes políticos señalan que resulta necesario atender a las demandas sociales como una vía fundamental para aplacar las protestas populares.
Asimismo le critican que el gobierno confunde demasiado el accionar de los violentos con las manifestaciones de la población en reclamo de sus derechos.
Desde Uruguay el presidente también dijo que el Gobierno no solo aprueba las manifestaciones, sino que «las respalda y las protege».
Tal afirmación contrasta con la opinión de numerosas entidades chilenas e internacionales que han denunciado la represión y las violaciones de los derechos humanos en el país, la mayoría de ellas contra manifestantes pacíficos, en tanto que resultan contados los casos en que se aplicaron medidas contra quienes perpetraron acciones vandálicas.
Montevideo, 2 de marzo 2020
Crónica Digital