La Central Unitaria de Trabajadores (CUT) pidió al Gobierno decretar cuarentena en el país y, al mismo tiempo, proteger empleos y salarios ante el riesgo de que muchos puedan perder su sustento.
Esas y otras medidas aparecen en un Plan Nacional de Emergencia ante la epidemia del nuevo coronavirus, entregado por dirigentes de la CUT a la ministra de Trabajo, María José Zaldívar.
Bárbara Figueroa, presidenta de la organización, expresó que la propuesta no solo contempla medidas sanitarias sino también económicas y de protección del empleo ‘porque no puede ni debe producirse en una situación como esta, ningún tipo de abuso y no queremos trabajadores despedidos o temiendo por sus salarios’.
Asimismo se pronunció por la necesidad de diálogo y acuerdos de las partes involucradas en el tema laboral en medio de la situación provocada por el nuevo coronavirus.
Al respecto opinó que las medidas no solo deben depender de la voluntad de un Gobierno o de una contraparte sino que sean en el marco de un efectivo diálogo social que resguarde la salud y seguridad de los trabajadores y también sus ingresos.
La propuesta también plantea ordenar el acceso y horarios de supermercados, horarios diferidos de entrada a centros de trabajo, ingreso dosificado de personas a farmacias y comercios y la cuarentena a todos los trabajadores y trabajadoras que pertenecen a grupos de riesgo.
Santiago de Chile, 19 de marzo 2020
Crónica Digital/PL
Jue Mar 19 , 2020
El Partido Progresista de Chile expresó que la resolución de decretar Estado de Catástrofe por Calamidad Pública por parte del Gobierno era, sin duda, necesaria, pero se adoptó en forma tardía dando cuenta, una vez más, de la notoria falta de previsión del Gobierno en la gestión de la crisis. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha solicitado a la totalidad de los países entrar en cuarentena frente a la pandemia del Covid–19. Su director, Tedros Adhanom, declaró que el coronavirus es “una amenaza sin precedentes” y lo calificó como “un enemigo de la humanidad”. En Chile, apenas en octubre pasado, Sebastián Piñera inventó un “enemigo poderoso e implacable”, se apresuró en tomar medidas como el estado de emergencia, actuando de manera mucho más rápida que hoy, cuando el enemigo es real y requería de una reacción inmediata. Cinco meses después, cuando todo el mundo conoce los efectos de un verdadero enemigo poderoso, Piñera actúa tarde. En ese sentido, Andrea Condemarín, vicepresidenta del Partido Progresista, manifestó que “expresamos nuestro reconocimiento a los alcaldes, entidades académicas, organizaciones gremiales y movimientos sociales que han mostrado una mayor capacidad de respuesta que el Gobierno”. En esa misma línea, Condemarín puntualizó que “Chile se había transformado en el país con la mayor tasa de propagación del virus por habitante en el continente. No resulta aceptable esperar más tiempo para poner en marcha medidas drásticas, como el aislamiento de la población y afectar el derecho de propiedad”, dice. Agregó que “las evidencias muestran que ha existido una falta de anticipación e incapacidad para hacer previsiones y predicciones epidemiológicas para enfrentar una epidemia evitable. Desde el comienzo era conocido que la transmisión de una infección depende de tres factores: el número de contactos que una persona tiene, la capacidad del patógeno para transmitirse y la capacidad de infección. También era conocido por la comunidad científica que para enfrentar una pandemia de estas características necesitas ir por delante de la epidemia”. Y es que, entonces, la incapacidad de hacer previsiones y las vacilaciones al momento de tomar decisiones críticas, no asumir las debilidades del sistema de salud, la terquedad en no paralizar las grandes actividades productivas y comerciales (en un gesto que parecía privilegiar la economía de los grandes empresarios por sobre la defensa de la salud y la vida de las personas), muestran un cuadro de negligencia. La pandemia ha mostrado, de manera dramática, la importancia de establecer en Chile un Estado Social de Derecho, un Estado protector y garante de derechos, un Estado capaz de asegurar el derecho a la salud. “Todo este terrible escenario ha mostrado la necesidad la necesidad de terminar con el virus del neoliberalismo que convirtió la salud en mercancía”, declaró Condemarín, enfatizando que una vez más queda clara la validez de las protestas ciudadanas que piden a gritos una sociedad de derechos y una Nueva Constitución. “Es justamente por esta razón que nosotros, bajo ninguna circunstancia, renunciaremos a contribuir a ese propósito”, puntualizó. “La responsabilidad política y ética de […]